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Hace 2 años... (Continuación)

—Mañana estaré en la sala de profesores por si alguien tiene dudas para el examen —avisó Javier al terminar su clase

Raoul se ocupó de escribir en su cuaderno lo último que había memorizado en su cabeza. Había llegado justo a tiempo para la clase del señor Navarro, era clase más importante del día, porque el próximo examen era de esa asignatura. Cuando la clase finalizó, algo que Raoul dedujo por el movimiento de sus compañeros, y de Miriam, que había estado sentada a su lado, también se levantó para salir del aula.

—Vázquez —lo llamo el profesor.

—¿Sí?

—¿Podría pedirle un favor? —Aunque Raoul dudó, terminó asintiendo—. ¿Podría decirle a Hernández que mañana necesito verlo? Es para entregarle la certificación del congreso.

—Es mejor que usted se comunique con él, tiene su móvil, ¿no? —el mayor asintió—. Yo no lo veré hoy, es mejor que usted hable con él.

—Está bien. Gracias de todos modos.

—De nada. Hasta mañana.

Raoul llegó a la cafetería y se sentó junto a Miriam y Nerea, se desplomó en la silla sin mucho ánimo. Sus amigas hablaban, no sabía de qué, porque no había prestando ninguna atención a sus palabras. Su cabeza se perdió recordando cada frase que Agoney le había dedicado horas atrás. El moreno aún no había aparecido por la universidad, por la hora, estaba claro que no pensaba hacerlo.

—Bueno, entonces hoy seguimos estudiando —el rubio no respondió—, ¡Raoul!

—¿Qué?

—Que si esta tarde seguimos estudiando.

—Ah... Sí, sí.

— Pues a las cuatro en tu casa.

—¿Para qué? —preguntó sin entender.

—Coño, Raoul, pues para estudiar —rio Miriam—, ¿me estás oyendo?

—Joder, no, lo siento.

—¿Qué te pasa? —se preocupó Nerea al notarlo tan distraído.

—Nada, nada, tengo sueño. No he dormido bien —mintió, porque no quería dar explicaciones, también pensó en Agoney, en lo mal que llevaba el próximo examen—. Miri, ¿podrías estudiar con Ago esta tarde? Él lleva peor el examen y yo tengo que ayudar a Dani con un trabajo. —Inventó una excusa porque debía reconocer que él no tenía ganas de verlo, no después de la conversación que habían tenido esa mañana—. Hoy prefiero estudiar solo, además luego tengo partido.

—Vale, vale, no hay problema, quedo con Ago —dijo su amiga—. Pero si tú quieres sumarte, sabes que no pasa nada, que Dani no nos molesta.

—Gracias, pero prefiero quedarme tranquilo en casa, a mi ritmo.

Unos minutos después Lucas apareció con una sonrisa en el rostro. Saludó a Miriam con un beso en la mejilla, dejó otro en la cabeza de su hermana, y finalmente besó suavemente los labios de su novio.

—Hola, cariño.

—Hola —saludó con una sonrisa, acercándose a su cuerpo.

—¿Esta tarde te apetece hacer algo?

—Me apetece, pero no puedo. —Hizo un puchero que su novio besó rápido—. Debo estudiar y después tengo partido.

En ese momento recordó que su equipo posiblemente iba a necesitar un jugador más. Tomó su móvil y efectivamente, se encontró un millón de mensajes en su grupo whatsapp. Rápidamente abrió su chat con Roi, esperando que su amigo tuviera la tarde libre para que fuera él quien ocupara el lugar de Carlos. Tuvo que esperar unos minutos, pero una sonrisa se formó en su boca cuando el gallego le confirmó que podía jugar. Buscó el chat con su mejor amigo y decidió enviarle un mensaje en ese mismo momento.

Confundidos - Ragoney (en Edición)Where stories live. Discover now