Confundidos - Ragoney (en Edición)

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Hay situaciones que pueden marcarnos para toda la vida, como las personas. Algunas dejan una huella en nuestra vida que nunca es capaz de irse.

Javier sabe que aquella ruptura con Iván le dejo una marca, pero él pretende que no le acompañe siempre. Necesita superar aquel episodio, y aunque con Iván ya cerró su historia, Andrea, sigue siendo su asignatura pendiente.

Pero dejará de serlo. Tiene que dejar de serlo.

Cuando llegan al parque que está cerca de casa, ambos se sientan en un banco. Ninguno ha dicho una sola palabra en el camino y ahora que tienen que hacerlo, no saben como empezar. Luego de procesar la conversación que esta por venir, decide hablar.

- Yo, necesito saber algo - se atreve a romper el silencio.

- ¿Qué? - pregunta con miedo.

- ¿Por qué? - se gira para mirarla a los ojos, como hace tanto que no hacia - ¿Por qué Iván y no otro?

La muchacha se queda en silencio durante un momento, no sabe como explicar aquella situación después de tantos años.

- Yo conocí a Iván antes que tú - dice después de un momento de silencio.

Su hermano la mira interrogante sin entender ni una palabra.

- Le conocí el verano antes de que comenzaras la universidad, en una fiesta. Nos liamos y estuvimos juntos algunas veces durante ese verano - Javier no cree lo que le está diciendo, solo la mira, para que continúe - Cuando volvimos a casa no supe nada más de él, todo quedó en eso, en un rollo de verano.

- No es posible - susurra negando con la cabeza él.

- Cuando me hablaste de tu compañero de clase y me dijiste que te gustaba yo te anime a que se lo dijeras, no sabía que era Iván, ese Iván.

Las lágrimas de Javier han comenzado a caer por su rostro, al igual que las de ella.

- Cuando le llevaste a casa y le vi, quise decírtelo, de verdad, pero tú ya estabas super pillado y él también lo estaba de ti. Pensé que no tendría sentido, al fin y al cabo yo solo había sido un polvo para él.

- Pero él no lo fue para ti, ¿Verdad?

- En ese momento si, pero estuviste años con él, pasabais tanto tiempo en casa, tardes, noches, comidas, le comencé a conocer de otra manera y me termine enamorando.

- ¿Enamorando?

- Si, quizás no tanto como tú, pero me enamore.

- Joder.

- Quizás no lo entiendes.

- Pues explícamelo, porque me está costando entenderte - dice él.

- Tú siempre lo has tenido todo - ríe ella - Siempre has sido el hijo perfecto, y yo te admire siempre por eso, pero cuando me di cuanta de que le quería y volví a verlo de otra manera... No soporte que él te prefería a ti.

- ¿Te acostaste con él porque estabas enamorada o por una especie de venganza contra mi? Es que no me lo creo...

- Al principio no podía creer que tu novio fuera el mismo tío que me tire todo un verano, pero podía con ello. Cuando mis sentimientos cambiaron intente alejarme, lo evite por meses pero termino pasando - agacha la mirada.

- ¡Me lo tendrías que haber dicho, si lo hubiese sabido jamás habría salido con él!

- ¡Ya era tarde, ya estabas enamorado cuando lo supe! No tenía sentido decírtelo y en ese momento todo era distinto.