Confundidos - Ragoney (en Edición)

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El día en el hospital está siendo difícil, por eso se toma unos minutos para despejar su mente pero falla en el intento al ver que Lucas se acerca hasta él.

- ¿Necesitas ayuda por aquí? - le pregunta.

- No, no, tranquilo, el área de urgencias está controlada, puedes ocuparte de los demás pacientes sin problema.

- Vale, vale, me ocupo de los paciente en internación - sonríe Lucas.

- Así que te marchas en una semana... - dice Joan de repente.

El castaño se sorprende ante el comentario pero rápido le responde.

- Sí, ya se me acaba mi plazo, no tengo nada más que hacer aquí.

- Entiendo - asiente Joan - Ha sido un placer trabajar contigo durante este mes, por un momento pensé que pedirías el traslado.

- Lo consideré, pero lo descarté enseguida - dice pensando en Raoul - También fue un placer trabajar contigo.

Se quedan mirando unos segundos con una media sonrisa en el rostro, olvidándose de todo por un momento. Joan mira los labios de Lucas e inconsciente humedece los suyos con su lengua. El castaño lo nota, porque también está mirando sus labios, y en ese momento aparta la mirada.

- Me ocuparé de la tomografía del paciente que ingresó esta mañana - dice mostrando la indicación.

- Claro, cuando tengas el resultado me llamas.

- Es probable que necesite cirugía ¿No? - comenta Lucas, intentando centrarse en el trabajo.

- Probablemente, este día no termina nunca - suspira agotado.

Llevan demasiadas horas en el hospital, definitivamente cubrir horas en urgencias es algo que ninguno haría de nuevo si pudiera elegir, pero no pueden.

El neurocirujano se despide con un movimiento de cabeza y camina hacia la sala de urgencias mientras Lucas se le queda mirando. Sus ojos se fijan en su espalda ancha, sus piernas musculosas y sobre todo, en su culo, ese que le seca la garganta. Se queda mirándole hasta que la voz de Blanca le interrumpe.

- ¿Podrías dejar de mirarle el culo? - pregunta en un susurro - O al menos disimula un poco, o mucho mejor, haz algo más que mirarle - le sugiere.

- ¡Yo no estaba-

- No lo intentes - ríe ella y se va.

Las mejillas del médico se ruborizan y rápido camina por los pasillos en busca de su paciente para realizarle la tomografía que tiene pendiente.

En una semana volverá a Barcelona y sabe que echará de menos a Nerea pero también echará de menos ese hospital. En un mes le han recibido muy bien y ha formado un equipo de trabajo en el que se ha sentido incluido desde el día uno.

- ¡Lucas! - escucha un grito a sus espaldas que le saca de sus pensamientos.

Reconoce la voz de Raoul al instante, por eso se gira con una sonrisa para encontrarse con su rostro.

- ¿Qué haces aquí? - pregunta preocupado al darse cuenta de que ha llegado agitado.

- Necesito que me hagas un favor - dice serio - Necesito que revises estos estudios y me digas qué piensas.

Lucas frunce el ceño y toma los papeles que le tiende. Los revisa rápido, no reconoce el nombre de la paciente pero se interesa de inmediato al ver que los doctores que figuran son colegas suyos, entre ellos está el nombre de Joan.

- ¿Quién es Teresa? - pregunta intrigado - Ven un momento - tira de su brazo y entran a uno de los consultorios que encuentran vacíos.

- Teresa fue paciente aquí hace un tiempo - responde Raoul cuando ya están dentro - Quiero saber si estos estudios son fiables y me gustaría que me explicaras algunas cosas porque hay términos y datos que no estoy seguro de entender muy bien.