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Han pasado casi dos meses desde que condenaron al señor Acosta en el juicio de Lucia, casi dos meses lleva ese hombre en prisión. Dos meses de los nueve años a los que le condenaron, y a los que Raoul espera que se le sumen un par de años más.

Hoy comienza el juicio de Teresa contra el señor Acosta, hoy escucharán la historia de la joven, una historia que debe compartir con miles de mujeres.

– Estoy muy nerviosa – dice ella sentándose.

– Es normal, pero intenta estar tranquila – pide Raoul sentándose a su lado para acariciarle la espalda – Eres consciente de que esto puede no salir como esperamos, ¿Verdad?

– Sí...

– Yo quiero pedirte perdón, por si esto no sale como debería-

– No, no, no – le interrumpe ella – Raoul, yo sé que esto puede salir mal, o mejor dicho, que puede no salir a mi favor, pero... – se queda callada unos segundos, respira y continúa – Contaré lo que me pasó, sin vergüenza y sin culpa, porque sé que yo no merecía ningún golpe, ningún insulto, y eso es importantísimo.

– Claro que sí, pero de todas formas...

– Ahora entiendo que no debo esconderme, y si el veredicto no es el que yo espero, al menos sé que he vencido ese miedo, porque le enfrentaré y podré dejarlo atrás.

– Lo habremos intentado – dice Raoul.

– Y prefiero eso antes que no hacer nada, no me quedaré callada – sonríe y se levanta un poco más tranquila – No me pidas perdón cuando yo no me cansaré de darte las gracias .

Raoul se levanta rápido y le da un fuerte abrazo, porque comprende cómo se siente. No importa el tiempo, Teresa necesita que castiguen a ese hombre de alguna manera, pero sobre todo, necesita sentirse escuchada, apoyada y protegida.

– Nos volvemos a cruzar – escuchan una voz a sus espaldas.

Ambos se separan y se encuentran con el abogado del señor Acosta a unos pasos.

– Buenos días – es lo único que dice Raoul.

Con un movimiento de cabeza le indica a Teresa que camine para ir juntos hacia la sala donde será el juicio, minutos después se encuentran de frente con el señor Acosta.

Raoul le mira de pies a cabeza, no ha olvidado su rostro y aunque parece más delgado y maltratado, le provoca el mismo rechazo que le causó la primera vez que le vio entrar por el bufete.

En minutos comenzará todo, serán días complicados pero Raoul confía en que saldrá bien, no porque crea que la suerte está de su parte, simplemente porque confía en su trabajo. Confía en él ayudando a Teresa a contar su historia, confía en él enfrentándose también a ese hombre.

Está seguro de que todo irá mejor cuando puedan dejar lo sucedido en el pasado, porque es un momento que no pueden borrar, que siempre será parte de sus vidas y de su historia, pero que deben terminar de superar de forma definitiva porque luego de ese juicio nada más les ligará a ese hombre, y eso está a punto de suceder.




Abre la puerta despacio, intentando no molestar, en segundos recuerda que Raoul no está, pero también recuerda lo más importante, ese también es su piso.

Agoney camina directo a la habitación, deja su mochila, lava sus manos y se dispone a buscar algo en la cocina para preparar. Ha tenido una de sus últimas sesiones con Sara, aquella psicóloga que Raoul y él comenzaron a ver hace un tiempo, la misma que ha ayudado a su novio con sus pesadillas y sobre todo, con sus problemas respecto a la comida.

Confundidos - Ragoney (en Edición)Where stories live. Discover now