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Hace 3 años... (Continuación)

—Bueno, ¿me dirán qué paso, o no? —insistió Nerea una vez más, como había hecho toda la mañana para que sus amigos le contaran qué sabían sobre Aitana.

—Cuando salgamos de clase te dirán —susurró Miriam.

—Jope, pero yo quiero saber ya.

—Y yo quiero enterarme de algo de todo lo que está explicando el profesor —dijo Miriam un poco cansada—. Así que por favor, espera a que salgamos de clase.

La rubia bufó un poco resignada y se hundió en su sitio, contó cada minuto que quedaba para que terminara la clase. Cuando fijamente pasó, fue la primera en salir del aula y caminar hacia la cafetería, ansiosa por escuchar a sus amigos.

—No encontramos a Aitana, no estaba en casa —dijo Raoul.

Agoney lo miró esperando que continuara, pero el rubio disimuladamente, hizo señas para que supiera que no quería decir nada más. No quería decirle a Nerea que Aitana estaba viviendo con su novio, que posiblemente la golpeaba.

—Aitana no estaba en casa porque ya no vive allí —continuó el canario y su mejor amigo lo fulminó con la mirada—. Está viviendo con Julio.

—¿Cómo? —Miriam estaba igual de sorprendida que ellos el día anterior—. Pero si no nos ha contado nada.

—Eso es lo extraño —habló Raoul y vio que el ánimo de Nerea había caído mucho más.

—Belén nos contó que también la notaron rara estos días, ayer iban a ir a verla para saber si estaba bien y quedó en llamarnos cuando supiera algo.

—¿Y les llamó?

—Sí, ayer por la noche me llamó —dijo Raoul—. Me dijo que Aitana está bien, que el piso es pequeño, pero tienen de todo. También me dijo que Julio fue muy amable y los recibió muy bien.

—Sigo sin entender por qué no nos contó nada.

—Y yo sigo sin saber por qué no me habla —murmuró Nerea.

—Belén también nos contó otra cosa —Agoney tomó aire antes de hablar—. Ayer por la mañana vio a Aitana y tenía un golpe en el labio.

—¿Un golpe? —preguntó Nerea y ambos chicos asintieron

—La explicación de Aitana fue que se lo había hecho en casa, pero yo no me lo creo la verdad.

—¿Crees que se lo hizo su novio? —Agoney asintió convencido—. Tenemos que hacer algo, ir a verla, hablar con ella, lo que sea. —Miriam no lo podía creer, sentía una impotencia enorme—. Nerea, tú eres la que más tiempo pasa con ella, ¿aguna vez le viste un golpe, o te dijo algo raro de Julio?

—Joder, no. Nunca noté nada de eso, pero la última vez que la vi se puso nerviosa cuando le pregunté por él. Y como te dije —miró al canario—, él la llamó y ella no quiso contestar. —En ese momento el móvil de Nerea sonó sobre la mesa—. Es Aitana.

—¿Y qué dice?

Hola, Nere. Perdón por no contestarte, estoy un poco liada. No te conté, pero estoy viviendo con Julio, y con la mudanza estoy hecha un lio, lo siento. Estos días quedamos, así te saco lo que quieres por tu cumple. —Nerea leyó en voz alta para sus amigos—. Jo, se ha acordado de mi cumpleaños.

—Vale, quizás estamos exagerando un poco —reconoció Miriam luego de escuchar el mensaje—. Mañana es miércoles y vamos a comer todos juntos, podríamos esperar para ver qué tal está y si notamos algo raro, se lo preguntamos.

Confundidos - Ragoney (en Edición)Where stories live. Discover now