Confundidos - Ragoney (en Edición)

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Hace 3 años... (Continuación)

Raoul buscó a su novio con la mirada, lo encontró enseguida y se acercó para bailar nuevamente con él, que estaba con el resto de sus amigos.

-¿Y Ago? -preguntó, era el único que no estaba ahí.

-Ha ido al baño -dijo Ricky.

Raoul miró la hora en el móvil, era bastante tarde, la noche había pasado rápido y solo quería terminar en la cama acurrucado con Lucas a su lado. Contó los minutos que le quedaban mientras se concentraba en sentir el cuerpo de su novio pegado al suyo durante los movimientos que realizaban al compás de la música.

En el baño, Agoney mojó un poco su cara debido al calor que sentía. Estaban en pocos metros cuadrados y eran varios los jóvenes moviéndose sin parar. Se secó un poco, arregló su cabello mirándose un momento en el espejo y abrió la puerta del baño. Había tenido que ir al baño de la habitación de Nerea porque el baño del pasillo estaba ocupado y él no pudo esperar. Se detuvo al ver a Javier, el mismo chico de antes, al otro lado de la puerta.

-Hombre, nos encontramos otra vez. -Sonrió el muchacho.

-Ya, es que entre pocos metros cuadrados, es imposible no encontrarse.

-Ya, ya, será eso.

-Pues sí -aseguró el canario intentando salir para dejarlo entrar a él, pero no pudo hacerlo.

-Claro, casualidad. No tendrá nada que ver el hecho de que no me quitas el ojo de encima. -Agoney frunció el ceño incómodo, él lo había mirado un par de veces durante la noche, pero solo porque se había sentido observado en varios momentos y cada vez que se había girado, se había encontrado con los ojos del amigo de Nerea-. Mira, si no has salido del armario, no pasa nada -explicó Javier tranquilo, pero claramente borracho-, nos liamos aquí a solas y nadie se entera.

Javier dio un paso e ingresó al baño invadiendo el espacio personal de Agoney. Cerró la puerta tras él y el moreno solo se echó a reír, no supo si por la situación, porque también se encontraba un poco borracho, o por lo nervios que lo invadieron de repente.

-Vamos a ver, Javi, yo siento si te he dado señales equivocadas, o mejor dicho, lamento que te hayas imaginado algo que no es -aclaró Agoney paciente-, pero yo no quiero liarme contigo. Pensé que te lo había dejado claro hace un rato, pero no importa, solo olvidemos esto, ¿vale?

Agoney le dedicó una sonrisa, sabía que el chico lo había escuchado bien, y se dispuso a salir del baño. No pudo abrir la puerta, el cuerpo de Javier se pegó por completo al suyo, el moreno pudo sentirlo en cada centímetro de superficie. El chico lo había acorralado entre la puerta y su cuerpo, mientras presionaba su entrepierna sobre su culo.

-¿Sientes? -susurró en su oído mientras presionaba más y más-. Llevo así todo la noche, por ti.

Javier no era el primer chico que se le insinuaba a Agoney, pero si era el primero que no comprendía un claro no de su parte.

-¿Pero qué haces? -Agoney giró de inmediato y lo apartó de su cuerpo-. Te he dicho que no quiero nada contigo.

-Venga, joder, si lo estás deseando. -Se acercó de nuevo al moreno pero mantuvo un poco de distancia-. Ya te lo dije, no tiene que enterarse nadie si no quieres.

-Mira tío, no sé si estás muy borracho como para no enterarte de lo que digo, o es que eres imbécil.

-¿Te gusta así?

-¿Cómo?

Agoney no obtuvo una respuesta verbal, Javier tomó sus muñecas con fuerza y las levantó por encima de su cabeza, las presionó contra la puerta. Le dedicó una sonrisa y lo besó despacio, suave, delineó sus labios con su lengua y Agoney cerró por un momento los ojos. Nunca había tenido prejuicios, pero tampoco se había sentido atraído por un hombre como para liarse con uno, y si algún día eso sucedía, si alguna vez se sentía lo suficientemente atraído por un chico como para querer involucrarse sexualmente con él, definitivamente no sería de esa manera. No sería así porque Javier no despertaba ni un poco de atracción, no le gustaba, y a él no le apetecía besarlo, no quería. Intentó liberarse de su agarre, pero el chico presionó más fuerte sus muñecas y su cuerpo, se pegó por completo a él.