CRY ━ MINSUNG

¡ dos !

Las lágrimas caían por las mejillas del pequeño Jisung, mientras sentía como Minho clavaba sus ojos en él y buscaba una curita en su mochila. 

—¿Te gusta con ositos?—Han asintió con los puños refregando sus ojos, sin levantar la cabeza—Bien, voy a ponertela.

Se acercó a la rodilla lastimada del menor y dejó un besito allí, para proceder a pegar la bandita y acariciar despacito el lugar.

—Sana sana, colita de rana —cantaba sonriendo—. Si no sana hoy, sanará...

—¡Mañana!

El dolor de Jisung se había esfumado, cosa que lo llevaba a reafirmar su teoría de que Lee era un mago, y con esa canción ahuyentaba el dolor. Sonrió y se puso de pie, extendiéndole la mano a Minho para ayudarlo a hacer lo mismo.

—¿Jugamos a las escondidas, Hyung?

—Acabas de tropezar y lastimarte —bufó y tomó el bracito del contrario para volver a sentarlo—. ¿Querés caramelos, mejor?

—Mm... ¡Está bien! —fingió pensarlo y asintió sonriendo. ¿Por qué Minho era tan genial?

—Tengo de banana y de cereza, ¿cuál te gusta más?

—De cereza, por fi. 

El pelinegro le dio dos caramelos de envoltorio rosado y él se comió los dos amarillos. Jisung era como un hermano pequeño para él, ese que ponía alerta todos sus sentidos sobreprotectores y tiernos.