CRY ━ MINSUNG

¡ treinta y ocho !

El tiempo había pasado demasiado rápido, quizás mucho más de lo que Jisung hubiese deseado. Sin embargo, mientras caminaba con Minho bajo la noche más agradable de todo agosto, sintió que era verdaderamente feliz. Hacía un año habían empezado a salir bajo el nombre oficial de "novios". Hacía un año que Minho le había propuesto al pequeño Han ser su pareja, sosteniendo en sus manos un osito y una bolsita de papel celeste llena de dulces. Hacía varios meses Minho había cumplido dieciocho, y hace tan solo dos había conseguido un trabajo de medio tiempo.

—Siendo las doce y un minuto, quiero que sepas que soy la persona con más suerte en todo el mundo por tenerte conmigo —dijo Minho abrazando a su novio.

—¿Mirabas tu celular hace cinco minutos solo para decirme esto justo a la medianoche? —preguntó Jisung, recibiendo un asentimiento como respuesta— Te amo mucho. Feliz primer año juntos. 

—¡Por muchos más, Sungie! —exclamó el mayor alzando a Jisung unos centímetros del piso. 

La risa de Han llenó la noche, la calle estaba vacía a excepción de ellos dos. En ese momento parecía que no importaba nada más que ellos, o todo el tiempo que habían pasado juntos, o las idas y vueltas por las que pasaron para llegar a ese momento. 

—Jisung —llamó Minho aún aferrado al cuerpo del más chico, siguió hablando luego de recibir un murmuro como respuesta—. Quería saber... si te gustaría venir... o sea, si querés... vivir conmigo. 

Los ojos de Jisung se abrieron exageradamente a la vez que se separaba del abrazo. Observó a Minho durante unos segundos que parecieron años y sonrió.

—Sí. 

—¿Si?

—¡Sí! Obvio que quiero vivir con vos. Aunque pasamos tanto tiempo en tu departamento que pareciera que ya lo hacemos —comentó Jisung  con una sonrisa enorme.

—¿Tu mamá va a dejarte? Tenés solo dieciséis...

—Creo que si, ella te adora y sabe que me hace muy bien estar con vos. De todas formas, voy a conseguir que me deje.

Minho sonrió y colocó una mano en la nuca de Jisung para atraerlo hacia él y fundirse en un beso tierno y lento. 

Al separarse, notó las pequeñas lágrimas acumuladas en los ojitos de Jisung y sonrió.

—¿Cuántas veces te dije que no me gusta verte llorar?

—Muchas. Pero no puedo evitarlo, Honnie —susurró contra sus labios—. Nunca creí que esto iba a pasar, y ahora está pasando y voy a despertarme todos los días con vos abrazándome, y voy a poder darte besos todos los días y-

Sus rápidas palabras se cortaron cuando Minho lo tomó de la mano y comenzó a correr, sintiendo al menor tirar de él para frenarlo.

—Corramos, Sungie —giró hacia él sin dejar de avanzar y sonrió.

—Pero me canso rápido —puchereó haciendo su mayor esfuerzo para seguirle el ritmo a Minho—. Además, ¿por qué habríamos de correr ahora?

—Vas a tener que correr porque hay tres hombres siguiéndonos y creo que quieren robarnos, así que te recomiendo correr —explicó riendo y el rostro de Jisung se transformó.

A los diecisiete minutos pasados de la medianoche, Jisung notó que aunque le faltaba aire para respirar debidamente , le dolían los pies y sentía un fuerte dolor en el abdomen por no estar acostumbrado a correr, estar en esa situación con Minho valía más que cualquier cosa. Podía quedarse sin el celular o el poco dinero que llevaba encima, pero veía al amor de su vida correr delante de él, mientras su cabello oscuro brincaba y sus carcajadas rompían el silencio de la noche, y se sintió verdaderamente en casa.

Minho era su casa.