CRY ━ MINSUNG

¡ sesenta y seis !

203 días antes

Minho llegó al departamento luego de unos intensos cuarenta minutos en los que corrió sin parar por la ciudad. Hacía unos pocos días había comenzado a ejercitar todas las tardes luego del trabajo, cosa que había decidido cuando aún estaba enfermo y en cama. 

El mayor sabía que su rápida y sorprendentemente buena recuperación fue gracias a toda la atención que Jisung puso en él, a todo el amor que recibió, a la paciencia que Han tuvo con él. Más que nada a todas las noches en las que Minho no podía dormir y Jisung se quedaba junto a él, acariciándolo mientras tarareaba en su oído alguna canción tranquila. 

Cuando Mihno entró, se encontró a Jisung dormitando en el sillón con Dori sobre su pecho. Sonrió y se dirigió a la cocina en busca de algo frío para tomar. En el momento que entró, notó las cartas sobre la mesada. Tomó un vaso de agua y mientras lo bebía, leyó que todo el correo que había eran las facturas de varios servicios que debían pagar, y también de un proyecto en el colegio de Jisung. 

Minho abrió los sobres uno por uno, reteniendo aire en sus pulmones cada vez que miraba las sumas de dinero. ¿Sería capaz de juntar todo eso? Aunque su madre y la de Jisung colaboraban con sus gastos, Minho sabía que no podían vivir con esa cantidad. Su trabajo no tenía una paga extremadamente elevada como para estar tranquilo. ¿Cúanto tiempo durarían llegando justos a fin de mes?

Lee no podría conseguir otro trabajo, no dependía de él, sino que ya no tenía tiempo.

En ese momento, sintió los brazos de Jisung rodeándose en su cintura y su cabeza reposándose en su hombro. 

—Volviste, ¿cómo te fue?

—Bien —Minho respondió seco—. Sí, bien.

—¿Pasó algo?

Minho lo pensó unos momentos antes de hablar.

—Esto —señaló las cartas frente a él—. Es mucho. ¿Podrías pedirle a tu mamá que se encargue de lo que hay que pagar de tu colegio?

Jisung se separó de su novio y lo miró confuso.

—Está bien, pero mañana. Estoy muy cansado, así que creo que voy a seguir durmiendo —sonrió cabizbajo y comenzó a dejar la cocina rumbo a su habitación.

Se había separado unos metros del mayor cuando escuchó la voz de Minho un tanto más fuerte de lo normal.

—¿Cansado? Lo único que haces es estudiar, cansado estoy yo, que aparte de estudiar, trabajo y te cuido.

Jisung se sintió profundamente herido, pero no dijo nada. Se acostó en la cama abrazando una almohada que encontró por ahí tirada y no había notado antes que existía. Minho podía ser muy duro e hiriente a veces.