CRY ━ MINSUNG

¡ tres !

Otra oportunidad en la que Minho vio a Jisung llorar, fue cuando el menor tenía nueve años, y él doce recién cumplidos. Su colegio había organizado un campamento, y a la hora de dormir, Han había notado que por despistado, había olvidado su peluche favorito en su casa. ¡No podía dormir sin él! 

Para Lee, la situación era un martirio. Jisung había hecho un berrinche tremendo para poder dormir con él, y ahora estaba llorando porque no tenía su peluche. 

—Es que, necesito abrazarlo para dormir —explicó Han entre llantos, mirando la espalda del pelinegro—. No puedo dormir sin él, no es que no quiera. 

Minho bufó; se dio media vuelta y se sentó en su bolsa de dormir.

—Abrazá tu almohada, entonces.

—¿Y dónde apoyo la cabeza?—un puchero involuntario se formó en su rostro y sus labios comenzaron a temblar— ¡Hyung! 

—¿Qué pasa, Jisung?

—Estoy muy triste. 

Eso no podía estar pasándole. No, no. Minho ignoró los sollozos del castaño y volvió a acostarse.

Jisung seguía llorando a moco tendido, limpiándose de vez en cuando el rostro con la manga de su remera con capucha de dinosaurio. ¿De dónde sacaba tantas lágrimas para llorar? se preguntaba Lee. Jisung debía tomar mucha agua para no deshidratarse luego de llorar tanto. 

Los ojitos, ahora rojizos, le ardían un poco y le molestaba sentir como sus lágrimas llegaban hacía su cuello. Él quería abrazar su peluche y dormir. 

—Jisung —la voz de Minho hizo que su llanto se calmase y lo mirara expectante—. Vení, yo voy a ser tu peluche. 

¿Por qué escuchar al menor llorar hacía que se ponga triste y solo quisiese hacer que las lagrimitas dejasen de caer? 

El nombrado asintió feliz, y llevando su almohada, se acostó junto a Lee, apoyándose contra su cuerpo y usando su brazo como peluche, el cual sostuvo toda la noche. Le gustaba el aroma del perfume que usaba su Hyung, era suave y fresco. Minho era un buen amigo, y siempre lo cuidaba.

A Jisung le gustaba Minho.