¡ cuarenta y nueve !

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*reproducir la canción al leer para una mejor experiencia



463 días antes


Jisung se despertó con un pequeño sentimiento de felicidad dentro de él, que se esfumó completamente cuando giró sobre su espalda para saludar a Minho y no encontró nada más que su almohada fuera de lugar. Tomó su celular con un puchero formándose involuntariamente en sus labios e intentó sonreír mientras leía los mensajes de sus amigos. 

Era sábado, por lo que no tenía que ir al colegio y podría disfrutar de su cumpleaños tranquilo. Sin embargo, Minho no se despertó junto a él, no lo felicitó por sus diecisiete añitos con besos y mimos, y eso lo entristecía.

Dejó la cama pesadamente con el fin de prepararse algo para desayunar.

Pero Minho le había ganado de antemano.

El aroma a café y tostadas recién hechas llenaba la cocina y parte de la sala de estar, y se mezclaba con el perfume de jazmines que el atomizador automático tiraba cada treinta minutos. La sonrisa en el rostro de Jisung al entrar en la cocina fue una de las más brillantes que Minho había visto alguna vez. 

El corazón de Han latía extremadamente rápido, incapaz de reaccionar frente a Minho; la ausencia del mayor durante un tiempo que para ambos pareció eterno ahora caía sobre él como un balde de agua fría y sentía la insaciable necesidad de abrazarlo con todas sus fuerzas y no soltarlo nunca más.

—Feliz cumpleaños, bebé —dijo Lee al notar que Jisung no sería capaz de hacer nada—. Quise llegar temprano ayer, pero me necesitaban en el trabajo, así que traje el almuerzo para hoy, y quería llevarte el desayuno a la cama, pero estás acá y ya no voy a poder, pero no importa, me gusta que estés acá. ¿Puedo darte un beso?

Jisung rió y asintió moviendo rápidamente sus piecitos hasta llegar a Minho.

—Gracias.

Las pequeñas manos de Han tomaron a Minho por la nuca para juntar sus bocas en un beso dulce, lento y sincero. Hacía días que no podían apenas saludarse, y ser finalmente capaces de besarse los llenaba de felicidad a ambos. 

Ambos se necesitaban tanto, eran incapaces de estar tanto tiempo sin el otro. Jisung necesitaba a Minho para cuidarlo, para que lo llene de mimos y amor, y Lee necesitaba al menor para sentir que no todo en su vida había sido un desastre. El equipo que ellos formaban era tan hermoso como los ojos de Jisung cuando recién se despertaba y la voz de Minho cuando cantaba en la calle mientras caminaba junto a Han.

—Nunca me sentí completo estos días —se sinceró Minho, sosteniendo suavemente la cintura de Jisung—. Te extrañe con locura. No sabía que podía desear tanto tenerte conmigo.

—Entonces no te vayas más.

—No voy a irme nunca, Sungie.








CRY ━ MINSUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora