CRY ━ MINSUNG

¡ treinta y uno !

Minho podía asegurar que Jisung era el alma más pura en todo el mundo. El menor estaba extremadamente emocionado por conseguir adornos bonitos para el departamento de su novio, porque la madre de Lee había mandado un mensaje para avisar que lo visitaría ese fin de semana. Y Jisung se había ofrecido a ayudarlo a preparar su pequeño hogar y cocinar algunas cosas para sorprender a su suegra. 

—¿De verdad es necesario todo esto? —preguntó Minho una vez se posicionaron en la fila, esperando para pagar.

—Sí, obvio que es necesario, Honnie. Mirá —comenzó a sacar algunos productos de la canasta—. Perfume para que toda la casa huela a bebé, almohadones para cambiar los del sillón, que están llenos de lágrimas, mocos y transpiración. Flores falsas porque sos medio descuidado y se te morirían unas de verdad, etcétera, etcétera, etcétera —dijo chistosamente lo último, dejando las cosas en su lugar.

Minho negó riendo y envolvió sus brazos por la pequeña cintura de Han. Su pecho estaba sumamente pegado a su espalda y dejó reposar su cabeza en el hombro del menor.

—Sos tan precioso —susurró en el oído del menor—. ¿Querés que vayamos a tomar helado cuando terminemos de pagar todo esto?

Jisung se soltó del abrazo y con una sonrisa enorme asintió frenéticamente.

—A veces me pregunto, ¿de verdad te merezco? —expresó Minho juntando sus frentes.

La sonrisa que hacía brillar el rostro de Han segundos atrás, ahora era una mueca de confusión y tristeza. 

—Las cosas pasan de una forma u otra porque así está escrito que tiene que ser.

Minho sonrió levemente y levantó su meñique, buscando el de Jisung para entrelazarlos juntos.

—Nuestro hilo rojo se unió —comentó dulcemente.

—¿Te diste cuenta que estamos en el medio del supermercado? 

—Es como esas propuestas de matrimonio públicas que gritan ¡dijo que sí! y todos aplauden.

—Pero no me estás pidiendo matrimonio.

—Te estoy demostrando como nuestro hilo rojo nos unió y que vamos a pasar toda la vida juntos porque vos sos mi destino y yo el tuyo.

Minho sonrió y Jisung dejó un pequeño beso en la comisura de sus labios. Han rogaba por que las palabras de Minho fuesen verdad. 

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