CRY ━ MINSUNG

¡ siete !

Minho se despertó a mediados de la madrugada, cuando escuchó suaves y extraños sollozos detrás de él. Se dio media vuelta despacito y se encontró con los redondeados ojos de Jisung mirándolo fijamente, con una mano secando sus lágrimas y la otra los mocos que se le caían. 

—¿Qué pasa, Jisung? 

—Soñé algo feo y ahora no puedo volver a dormirme —hipó y sus labios temblaron—. Me dio miedo la película.

—Te dije que no iba a gustarte.  

Han bufó y tomó el brazo de su mayor. Formó un puchero tierno involuntariamente y volvió a hablar.

—¡Pero Hyung! 

—¿Qué, Jisung? 

—En las películas cuando la chica tiene miedo después de ver una película de terror, el chico la abraza. 

Minho soltó una risita y observó fijamente al rubio frente a él. Tan tierno y pequeño que sentía que podría derretirse si lo miraba un segundo más. Los ojitos de Jisung eran tan manipuladores que Lee se regañaba a diario caer tanto por ellos.

—Jisung.

—¿Qué pasó, Hyung? —respondió el menor con la voz más dulce de lo normal.

—¿Cómo querés que te abrace? 

Han limpió el resto de lágrimas que habían quedado en sus mejillas y sonrió. Se sentó sobre el regazo de Minho, poniendo sus piernas en ambos costados y quedando enfrentados. Sus narices estaban a escasos centímetros de rozarse y Jisung podía sentir como su corazón se aceleraba y amenazaba con saltar fuera de su pecho. 

El pelinegro posó sus manos en la pequeña cintura de Sungie sin sacar sus ojos de él, observando esos orbes marrones que tanto le gustaban. Han se sostenía con un suave agarre en los hombros de su Hyung. 

—No voy a morderte si te agarras de mi cuello —comentó Lee—, te ves medio incómodo. 

Una pequeña sonrisa se formó en su rostro y antes de poder hacer nada, Minho dejó un rápido beso en la mejilla de Jisung. Hizo un tierno sonidito y sonrió con los ojos. Su pequeño Hannie era un solecito tímido.

Atrajo al rubio contra su pecho y comenzó a acariciarle la espalda mientras murmuraba una canción.

—Jisung —llamó repentinamente, recibiendo un "ajá" como respuesta—. Yo te gusto, ¿no?

—Uhm... Sí.