CRY ━ MINSUNG

¡ seis !

Jisung le agradeció de todas las formas que pudo a Minho por todos los regalos que le dio, y una vez hubo terminado, ambos se recostaron sobre las almohadas para comenzar a ver alguna película. Era el cumpleaños del menor y Minho podría ver hasta Barbie si eso era lo que deseaba. Pero para su sorpresa, Han puso una película catalogada para mayores de dieciocho, de terror, y con alto contenido de muertes. ¡Pero si estaba cumpliendo trece añitos! 

—Nunca te gustaron estas películas —lo reprochó Lee—. Me lo decís desde que nos conocemos.

Jisung rió y llevó un puñado de pochoclos a su boca.

—Siempre hay una primera vez para todo. Quizás ahora me gustan. 

Minho negó riendo y puso play a la película. 

El tiempo pasó más rápido de lo que pudo notar, y cuando se dio vuelta para ver a Jisung, notó como este estaba cubierto hasta la cabeza con mantas. Aquél pequeñito que tenía como mejor amigo era tan tierno y dulce; a veces se preguntaba como era que hacía para resistirse a sus encantos inocentes y a esos labios finos y delicados. 

Despacito, quitó las mantas de la cara de Han y las dejó acomodadas sobre sus hombros. Ni siquiera eran las cinco de la tarde, pero supuso que el menor se había levantado muy temprano y realizado mucho esfuerzo para que su habitación quedase tan bonita, y que por eso estaba tan cansado. 

Minho se acercó a Jisung y cuidando no despertarlo, apoyó su cabellera rubia contra su pecho. Un suspiro se escapó de los labios del menor y Lee tuvo miedo de haber interrumpido su sueño; pero al contrario, Hannie se acomodó mejor contra él y cerró su puño sobre la muñeca de su mayor. Minho sonrió satisfecho y no volvió a abrir los ojos hasta que la abuela los llamó, diciendo que la comida ya estaba lista y que el pelinegro se quedaría a dormir.