¡ treinta y nueve !

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Minho golpeó con sus nudillos nerviosamente la puerta, esperando encontrarse con Jisung del otro lado de la puerta. Pero cuando fue abierta, los ojos sonrientes de la abuela de su novio lo recibieron.

—¡Minho! —saludó la mujer, abrazando fuertemente el cuerpo de Lee y luego dejó un beso en cada una de sus mejillas.

—Hola, abuela.

La mujer sonrió satisfecha con el nombre que Minho utilizaba para llamarla gracias a Jisung y lo dejó pasar. Minho la ayudó a caminar hacia la mesa del comedor, ya que aunque Myeong estaba mejor de salud, tanto tiempo en cama hizo que le resultase muy difícil moverse.

—¿Qué tal, Minho? 

—Buenas noches, señora Han —respondió Lee, entregándole unas pequeñas rosas blancas a su suegra que había recogido mientras caminaba—. ¿Necesita ayuda con algo?

—Huh... Tal vez podrías ir a buscar a mi hijo... No sé que tanto hace arriba, se fue a bañar hace dos horas ya —explicó la mujer y Minho asintió sonriendo.

—Ya vengo.

Se dirigió hacia la habitación de su novio, observando el lugar como si fuese la primera vez que estaba allí. La primera vez que entró al cuarto de Jisung lo hizo como su amigo, luego fue su mejor amigo, y durante los últimos meses lo hizo como su novio. Minho se preguntó si alguna vez lograría hacerlo como su esposo, y hasta como el padre de sus hijos. 

Sin darse cuenta, estaba en la puerta de la habitación de Hannie, con el menor mirándolo curiosamente.

—¿Hola? —saludó Jisung, sacando a Minho de sus pensamientos— ¿En qué tanto pensabas?

—En lo mucho que me gustaría formar una familia con vos.

Jisung se quedó pasmado, con la boca entreabierta y un buzo celeste en su cuello.

Minho sonrió y se acercó a Jisung y terminó de acomodarle el abrigo, para luego mirarlo contento y abrazarlo.

—Hola bebé. Tu mamá pidió que vayas abajo.

—Ah... Sí. Es que no sabía que ponerme y tardé mucho —explicó el menor y se alejó de Minho—. Entonces... ¿Cómo me veo?

El pelinegro lo observó de pies a cabeza. El buzo y la camisa blanca debajo de este hacía resaltar su figura y ambos, metidos dentro del pantalón negro marcaban su pequeña cintura. 

—Estás muy hermoso —sentenció Minho finalmente, tomando la muñeca de Jisung para acercarlo a él y besarlo.

Al principio colocó sus manos en la cintura del menor, disfrutando del agarre de Jisung sobre su pecho y sus intenciones de acercarse aún más para rozar sus cuerpos. Pero antes de separarse, Minho bajó sus manos hasta el trasero de Han y lo apretó a su gusto.

—¡Ey!

—¿Qué? No podía resistirme —Minho rió coqueto y las mejillas de Jisung se tiñeron de rosado al igual que sus orejas.

...

En la cena, Myeong y Minho se encargaron de hablar de cualquier cosa que les viniera a la mente, haciendo que Lee se olvidase de los nervios con los que había llegado. Al menos hasta que Jisung aclaró su garganta y tomó la mano de Minho por debajo de la mesa.

—Mamá... Queríamos hablar de algo —dijo Jisung, sintiendo repentinamente los tres pares de ojos posarse en él.

—¿Voy a ser bisabuela? —preguntó la mujer mayor emocionada causando que Minho se ahogue con el agua.

—¡Abuela! No vas a ser bisabuela —la cortó Jisung entregándole una servilleta a Minho y golpeando su espalda—. Es otra cosa...

—Soy todo oídos —habló Yoora y ambos chicos tragaron duro.

—Voy a... Voy a irme a... Con Minho... a... 

—No estés nervioso, Jisung —pidió su madre.

—Está bien... Voy a irme a vivir... Con Minho —soltó lo más rápido que pudo.

—¿A qué?

—A vivir.

—¡Sí! ¡Felicidades! —Myeong hizo todo su esfuerzo para levantarse de su asiento e ir a abrazar a los dos muchachos frente a ella.

—¡No, mamá! ¿Cómo vas a felicitarlos? Jisung todavía es menor y no terminó el colegio. ¿Cómo van a mantenerse?

Mientras Minho ayudaba a la abuela de su novio a volver a su lugar, Jisung se encargó de explicarle a su madre el plan que tenían.

—Minho ya trabaja, y tiene su propio departamento. A mí me queda un año y medio para terminar de estudiar, y puedo conseguir un trabajo de medio tiempo para ayudar con algunos impuestos hasta que Minho termine la universidad y pueda trabajar plenamente.

Yerin se quedó sin habla, sin saber que hacer.

—La idea me parece perfecta —expresó Myeong—. Andá a hacerte las valijas. 

—Nadie va a hacer ninguna valija, mamá. Minho, ¿podríamos hablar un momento? —pidió Yoora a su yerno. 

El nombrado asintió y se dirigió junto con su suegra a la cocina. 

—Sí sos consciente de que Jisung tiene dieciséis años, ¿no? Y que puede imaginar muchas cosas porque es joven y quiere tener nuevas experiencias...

—Sí. Ya lo sé.

—Y sabés que esto no puede salir tan bien como piensan, ¿no?

—Obviamente.

—¿Y qué van a hacer entonces?

—Mantenernos juntos y esforzarnos para superar el problema —dijo Minho sin dudar ni un momento de sus palabras—. Jisung me hace la persona más feliz del mundo.

Yoora sonrió y abrazó por primera vez a Minho, sintiendo sus ojos aguarse.

—Cuidá muy bien a mi tesorito. Le gusta que le hagan chocolatadas cuando está triste y dormir con su peluche cuando vos no estás —explicó, aún sabiendo que Minho ya era consciente de todo eso—. Él te ama mucho y espero que puedas hacerlo tan feliz como él te hace a vos.

...

Minho abrió la puerta y dio media vuelta.

—Bienvenido a nuestra casa, Sungie. 










un capítulo enorme como mi amor por stray kids ndeaaaaa

para el especial por los mil seguidores iba a subir dos capítulos, pero preferí subir uno solo que tiene la misma extensión que dos capítulos y medio normales c:

CRY ━ MINSUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora