CRY ━ MINSUNG

¡ setenta y tres !

47 días antes

Hacía ya varios días, casi unas tres semanas que Jisung había disminuido drásticamente las actividades que realizaba durante el día. Y aunque trabajar no había sido una de ellas, hacía cuatro días que Han apenas era capaz de levantarse de la cama para ir al baño o para recostarse en el sillón para mirar la televisión. Siempre le decía a Minho que no sentía energías como para hacer otra cosa, que no sabía por qué, pero que su cuerpo le pesaba como si miles de piedras estuviesen sobre sus hombros. Minho no lo entendía, pero cuando una tarde Jisung se preparaba para ir a trabajar mientras ignoraba las lágrimas que caían por sus mejillitas, lo obligó a quedarse en cama mientras lo mimaba un poco. 

Minho apenas podía ver a Jisung. Su día era un constante ida y vuelta entre su universidad y su trabajo. Se sentía culpable por eso, pero sabía que cuando terminase de estudiar, le daría a su precioso bebé la vida llena de lujos y amor que tanto se merecía. 

Esa tarde, Jisung le pidió por favor que vaya al café a justificar su ausencia, sentía que un mensaje no quedaba muy bien de su parte, pero no podía salir de la cama e ir el mismo, así que Minho fue elegido para realizar aquella tarea.

Minho fue caminando a paso ligero, intentando tardar lo menos posible. Cuando llegase nuevamente al departamento, tenía que practicar bastante una nueva coreografía. 

Al llegar al café, suspiró aliviado al ver que el muchacho detrás del mostrador era uno que no conocía, así que rápidamente se acercó a él. 

—Hola... —leyó la etiqueta de su nombre en el pecho— Jungwoo. Soy Minho, el novio de Jisung.

El muchacho frente a él sonrió amablemente.

—Ah, sí. El chiquito que empezó hace poco. Es muy lindo, tenés suerte de tenerlo. Youngjae me contó que está un poco enfermo y por eso no puede venir.

—Sí... Jisung quería que venga a disculparme por él. Es un ser lleno de luz.

Sonrió al pensar en lo bonito que era Jisung y en lo muy feliz que era gracias a él. Minho también quería hacer feliz a Jisung. 

—Bueno, era eso. Sungie va a volver cuando se sienta mejor —Jungwoo asintió feliz frente a la palabras de Minho—. Adiós, entonces.

Minho salió del local cerrando la puerta detrás de sí. No había dado ni cinco pasos, cuando una voz ligeramente conocida gritó su nombre. Giró sobre su eje y se encontró con Youngjae. 

—Minho —volvió a llamarlo, mucho más tranquilo—. ¿Cómo está Jisung?

Lee lo observó unos segundos. Ese chico curiosamente odioso tenía una manía con su novio.

—Cansado, no se siente bien, ya te lo avisó él igual. 

—¿Puedo darte un consejo? —Minho asintió dudoso, por lo que Youngjae siguió hablando— Si no haces algo por él y todo el dolor que lo está comiendo por dentro, va a irse. Y estoy segurísimo de que lo último que querés es que Jisung se vaya de tu lado.