CRY ━ MINSUNG

¡ setenta y ocho !

120 días después 

Londres era una ciudad preciosa, extremadamente prolija y profesional. Y como varios días solían ser puramente lluvia y frío, disfrutaba mucho quedarse en su departamento viendo alguna serie o estudiando. 

Jisung había comenzado la carrera de médico forense, y por el poco tiempo que llevaba cursando, ya estaba enamorado. Adoraba poner en práctica su inglés y que algunas personas le dijesen Peter, lo hacía sentirse lejos del pasado y eso lo aliviaba. 

Cuando llegó a Londres dos meses atrás, se sentía sumamente perdido y angustiado. Su madre y su enferma abuela habían quedado en Corea, y aunque ambas estaban felices de verlo crecer, sabía que no querían que se vaya. 

Pero sentía la inminente necesidad de dejar su país y buscar un nuevo inicio. A sabiendas de que parte de él había quedado en el departamento en el que vivía con Minho, consciente de que seguramente nunca recuperaría lo que fue. 

Jisung de todas formas era feliz. Estar lejos de Minho era un dolor bonito porque sabía que eso le hacía bien a ambos, que no tenían una relación de la cual depender y ambos podían seguir sus caminos sin importar lo que el otro eligiese. 

Aunque medicina forense necesitaba mucho tiempo para estudiar, Jisung se las arreglaba para trabajar tres veces a la semana y obtener un pequeño sueldo con el cual mantenerse. Siempre estaría agradecido con su madre por la ayuda monetaria que le había estado dando desde los últimos dos años. 

Había veces que se sentía extremadamente solo; no podía buscar en sus amigos londinenses lo que encontraba en sus otros amigos, y aunque en esos momentos siempre le mandaba un mensaje a Felix o Woojin, el hecho de no tenerlos junto a él para ver una película juntos mientras hablaban de trivialidades le dolía. Quizás a ellos era lo que más extrañaba de su antigua vida, después de Minho obviamente.

Minho ocupaba la mayor parte de sus pensamientos. Le era casi imposible no mandarle un mensaje recordándole que comiese luego de estudiar mucho, o pidiéndole que no compre solo fideos instantáneos para cenar porque eso le haría mal. Pero él le había puesto el punto final a su relación y debía aceptarlo. 

Su nueva vida no estaba mal, de hecho, le encantaba, pero deseaba con todas sus fuerzas haberla podido compartir con Minho.