Narrador Externo:
Los dos llegaron a la mansión, Samantha seguía en los brazos de Sebastian.
—¡Están de vuelta! —exclamó uno de los sirvientes al escuchar la puerta de la mansión, y los tres fueron a recibir a la joven ama y al mayordomo, pero al notar que no venían con la mejor cara, se frenaron.
—No creo que sea lo mejor hablarles ahora —comentó el cocinero susurrando.
—Cierto... —dijo la ama de llaves—. Ojio-chan está muy aferrada a Sebastian, ¿qué habrá pasado?
—Quién sabe... —dijo el jardinero—. Sebastian lleva dos espadas, y una está manchada de sangre.
Sebastian logró escucharlos, pero decidió ignorarlos y llevar a su ama a su habitación de una vez.
Cuando llegaron, Sebastian la sentó en la cama y dejó las espadas a un lado. Empezó a ponerle su pijama y a alistarla para dormir, ella seguía sin pronunciar una palabra.
—¿Desea algo más antes de descansar? —preguntó el mayordomo.
—Sebastian... —habló finalmente la condesa.
—¿Sí?
—Sebastian... yo... —dijo y cubrió su rostro con sus dos manos—. He estado por matar a Alois... —continuó—. ¡He estado por matar a Alois Trancy, Sebastian!
—Ojio-chan, debe calmarse.
Sebastian se puso de rodillas para estar más cerca de Samantha y así consolarla.
—Sólo debe pensar que... —iba a continuar hablando, pero cuando quitó las manos de Samantha de su cara, pudo notarlo... ella... estaba llorando.
Él quedó impactado al ver a su ama llorando, pues pensó que nunca la vería así, después de haber soportado los acontecimientos de su pasado. Incluso, tampoco la vio soltar una lágrima cuando pasó el trauma que la hizo invocar al demonio.
—Sebas... tian —siguió hablando la chica entre sozollos—. ¡¿Qué habría pasado si lo hubiese matado?! ¡¿En qué estaba pensando, Sebastian?!
Sebastian no era un experto en consolar a las personas, porque nunca había tenido la necesidad de hacerlo. Pero ahora que tenía una ama que lo necesitaba, ¿qué haría?
Hizo lo primero que se le ocurrió:
—Deje de llorar, my lady —el mayordomo le dio un abrazo a la joven condesa.
Era algo extraño; ¿alguna vez el demonio Sebastian Michaelis había abrazado a un humano?
Para Samantha también fue extraño. Quedó impactada ante el acto del demonio. Dejó caer más lágrimas y le siguió el abrazo a Sebastian.
—Tome en cuenta que —continuó el mayordomo—, todos nos equivocamos en algún momento. Que al final pude detenerla, y que ahora Alois Trancy vive.
—¿Tú crees que... —dijo Samantha secando sus últimas lágrimas con el hombro de Sebastian— el conde Trancy me perdone?
—Es probable.
—En ese caso, le escribiré una carta para que nos citemos, y así, pedirle disculpas en persona.
El mayordomo y la joven condesa dejaron el abrazo.
—Debería hacerlo mañana, Ojio-chan, la luna ya está muy en alto.
El mayordomo acostó a Samantha y la arropó con las sábanas.
—Descanse, my lady —dijo y acarició su cabeza, luego le dio un tierno beso en la frente y apagó las velas que alumbraban la habitación. Finalmente se retiró.
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El Sabor de tu Alma [Kuroshitsuji]
FanfictionEl demonio Sebastian Michaelis es mayordomo ahora de un nuevo amo; mejor dicho, una nueva ama... Su nombre es Samantha Harrelson, una chica de trece años con cabello castaño y ojos verde esmeralda. Hizo un contrato con este elegante mayordomo a camb...