Especial: Navidad (Parte 2)

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14 de diciembre. 7:00 de la mañana.

Oscuridad.

Un ambiente totalmente negro, silencioso y breve.

Samantha parecía haber dormido sin recordar haber soñado. Fue una sensación extraña en su mejilla la que la hizo despertar. Esta vez no fue la luz del sol filtrándose por la ventana, sino algo suave y cálido que había tocado su mejilla.

Abrió los ojos y distinguió la silueta de alguien sentado junto a ella. Como la habitación seguía oscura, no podía ver claramente, pero pronto supo que se trataba de Alois Trancy.

—¿Alois...? —preguntó, casi susurrando.

—Parece que es cierto que las princesas despiertan con un beso de su príncipe —dijo, riendo levemente.

Entonces, la luz entró a través de las ventanas; Sebastian había abierto las cortinas después de darle los buenos días a su ama.

Samantha se sentó y se frotó los ojos. Entonces, sin creerlo, se confirmó que Alois estaba justo en frente de ella.

Y que la había despertado con un beso...

—¡Alois! —exclamó—. ¿Qué haces aquí?

—Quería ver si los cuentos de hadas tenían ciertos hechos verdaderos —bromeó—. Bien, ¿acaso no recuerdas que me invitaste?

—Oh, es cierto —sonrió—. Pero... ¿qué hora es? Parece bastante temprano. ¿A qué hora debiste levantarte para estar aquí desde ya?

—Creo que no es necesario mencionarlo —sonrió pícaro, luego cambió de tema—. Sabes, dicen que el mes de diciembre es especial, ¿no crees lo mismo? Tal vez deberíamos hacer un experimento.

—¿Experimento?

—La reina nos dio vacaciones este mes y además está cayendo mucha nieve. Pasemos juntos el resto del mes; si para finales de diciembre me amas más, será cierto; sino, será falso.

Samantha rio.

—No creo que sea posible amarte más de lo que ya lo hago, Alois. Además, ¿desde cuándo crees en mitos?

—¡Por favor! ¡Quiero una excusa para pasar más tiempo contigo!

—No necesitas excusas para eso, ¿lo sabías?

Alois se sonrojó y rio levemente.

Sebastian interrumpió:

—En tal caso, debería preparar a Ojio-chan primero; sigue en ropa de dormir.

—Oh, es cierto —dijo ella.

Samantha se quitó las sábanas de encima y Sebastian fue por la ropa. Al abrir el ropero, se podía ver la ropa que Samantha usaría para Navidad; un hermoso vestido abrigado de color corinto. Samantha había tenido el deseo de usarlo antes, pero era un estreno especial para el 25 de diciembre.

Escogió otro vestido, ya que aún faltaban once días para poder darle uso. En estas fechas, era importante que su ama estuviese bien abrigada, más si la pasaría jugando en la nieve con su prometido; así que llevó varios accesorios para el frío.

—No puedo esperar a ver cómo le va ese vestido corinto, Ojio-chan —dijo Sebastian, cargándola fuera de la cama.

—Yo también estoy impaciente —dijo ella, sonriendo—. Mey-Rin tiene buen gusto para la moda.

—Yo también estoy impaciente por verte con esa ropa, Samantha —dijo Alois, quien no se movía de su lugar y, al parecer, no tenía intención de irse.

El Sabor de tu Alma [Kuroshitsuji]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora