L: San Valentín (Parte 1)

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Los meses pasaron: la reina siguió dando órdenes a sus dos mascotas, pero asuntos triviales que no valen mucho la pena ser mencionados. Aún así, el amor de estos dos condes permanecía, y todos eran bastante felices. Pasó mucho tiempo y otros acontecimientos como el cumpleaños de Samantha y Alois –ahora ella tiene catorce y él, quince–, Navidad, Año Nuevo... Pero ahora estamos en febrero, el mes donde todos sabemos qué se celebra.

Narrador Externo:

Era 14 de febrero del año 1890, día que todos conocemos como San Valentín, El Día del Amor y la Amistad, El Día del Cariño, El Día de los Enamorados, etc. Una fecha donde puedes amar y ser amado, aunque no necesitas una pareja para disfrutar de esto, pues tienes a tu familia, amigos y demás a quienes puedes mostrarles tu aprecio.

Este día en especial, Samantha y Alois también pasarían buenos momentos. Ellos no sabían de la festividad de este día, y hubieran seguido siendo ignorantes si sus mayordomos no les hubiesen informado.

—¿El día de San Valentín? —preguntó Samantha Harrelson, en su oficina acompañada únicamente de su mayordomo, quien le mencionó el tema—. ¿Qué es? ¿El cumpleaños de algún noble llamado Valentín o algo así?

—En serio no puedo creerme que no supiera de esta fecha, Ojio-chan —contestó el demonio con una mano en la barbilla y una sonrisa juguetona—. El día de San Valentín es también conocido como El Día del Amor y la Amistad, es una fecha dedicada especialmente al amor.

—Conque una fecha dedicada especialmente al amor, ¿eh? —vio a un punto fijo, analizando. Nunca se había enterado de esa fecha, y ahora era muy repentino—. ¿Y qué cosas se hacen esta fecha?

—Lo que la persona quiera hacer para demostrar amor.

—¿Hoy debería mostrarle amor a Alois?

—Claro —sonrió—. Es a la persona a la que más ama, ¿no?

—Precisamente —se apoyó en sus brazos y sonrió, soñadora—. Pero, ¿qué debería hacer?

—Lo que desee su corazón, my lady. Una opción podría ser salir en una cita, o algo que ambos disfruten hacer juntos. El punto es pasar un gran y buen tiempo de compañía.

—Creo que iremos al jardín —dijo, decidida—. Es extenso y él también lo ama. Será mejor que vaya yo a su mansión a que él venga aquí.

—¿Podría explicarme el por qué?

Ella vio a ambos lados asegurándose que no hubiese nadie más –aunque no era muy posible– y le pidió a Sebastian con señas que se acercara. Él así lo hizo y ella se acercó a su oreja.

—Es que está Ciel.

。。。

Ciel estaba dando vueltas al rededor de la mansión Harrelson, donde aún se hospedaba, buscando a Samantha. ¿Para pasar el tiempo con ella? ¿O acaso necesitaba algo? Sólo introduciéndonos en la mente de este reservado niño, podríamos saberlo.

Sólo podemos saber que llevaba mucho tiempo pasando por los pasillos que alguna vez fueron su propiedad, donde alguna vez caminó con Sebastian...

Dejando esos pensamientos de lado, siguió buscando. No encontró a la condesa, pero sí a Mey-Rin, quien corría torpemente donde él estaba.

—¡Mey-Rin! —dijo Phantomhive, llamando la atención de la ama de llaves.

—¡B-Bocchan! —se detuvo y ajustó sus gafas, aún recuperaba el aliento—. Q-Quiero decir... L-L-Lord Ciel...

El Sabor de tu Alma [Kuroshitsuji]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora