24 de diciembre. 3:50 de la tarde.
—¡Es Nochebuena! ¡Es Nochebuena! ¡Aún no es de noche, pero es Nochebuena! ¡¿Cómo puedes estar dormida hoy que es Nochebuena?! —Alois Trancy movía de un lado a otro a su amada, Samantha Harrelson, quien estaba dormida sobre su cama. No tardó en estar totalmente despierta por los ánimos del conde.
Abrió los ojos y estos se encontraron con los del chico, que estaban llenos de luz.
—Alois... de nuevo vienes a despertarme —dijo ella frotándose el ojo, manteniéndose aún en calma y paz aunque los ánimos de él estaban más altos que las nubes.
—¡Samantha, ¿qué haces dormida en medio de la tarde como si fuese un día cualquiera?!
—Es justo porque no es un día cualquiera. Le pedí a Sebastian tomar una siesta en la tarde para aguantar hasta la madrugada y estar despierta para cuando la Navidad empiece. ¿Tú crees poder estar bien despierto a esa hora? Estoy segura que, con esos ánimos, no habrás dedicado mucho tiempo a dormir.
Él rio.
—Aguantaré... a menos que tu dulzura me dé tanta paz que no pueda mantenerme consciente. Estaré despierto, lo suficiente para darte el beso navideño más maravilloso que pueda existir.
Las palabras de Alois solían ser bastante hermosas y, en cierta parte, chistosas. Samantha solía sentir que sus palabras daban el mismo efecto que los poemas de amor y que, si él fuese un poeta, se volvería bastante reconocido.
Acompañó sus palabras con un tierno beso que depositó en los labios de Samantha inesperadamente.
—¿No dijiste que el beso sería navideño? Acabas de decir "¡es Nochebuena!" al rededor de cinco veces —dijo Samantha, bromeando.
—No pude resistirme... Este fue un beso previo; el navideño será más largo y significativo —se excusó.
Samantha se imaginó por un momento lo que Alois había dicho y se sonrojó. Antes que él se pudiese dar cuenta, tomó su mano y la besó para luego decirle:
—Levántate ya, no quiero que perdamos más tiempo. Claude dijo que tus sirvientes harían chocolate caliente, y tu mayordomo dijo algo así como que haría galletas o algo por el estilo. Mientras tanto, podríamos admirar tu árbol o también podríamos volver a jugar en la nieve... Podríamos hacer otro muñeco como aquel que hicimos pero se deshizo, o también podríamos hacer una guerra de bolas de nieve o incluso podríamos enterrar algo ahí para encontrarlo cuando la nieve se derrita o creo que también podríamos...
。。。
24 de diciembre. 11:40 de la noche.
Después de hacer varias de las actividades que Alois había mencionado, los prometidos ahora conversaban frente a la chimenea con sus tazas de chocolate caliente.
El cálido ambiente de la sala hacía imposible borrar las sonrisas de todos los que ahí estaban. Los locos sirvientes estaban también ahí, en una mesa algo apartada con chocolate caliente de acompañamiento igualmente. Sebastian estaba con ellos, observando conmovido a su joven ama en un ambiente tan hermoso junto a Alois. ¿Un demonio conmovido? Sí, suena extraño, pero todo puede suceder cuando se ama y cuando el 25 de diciembre está a tan solo minutos de hacerse presente.
Incluso yo, la autora que está escribiendo esto en plena madrugada con varios suéteres por el frío que hace, me he conmovido con lo que yo misma he escrito y comprendo a Sebastian al 100%. Será mejor que deje de romper la cuarta pared o me distraeré.
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El Sabor de tu Alma [Kuroshitsuji]
FanfictionEl demonio Sebastian Michaelis es mayordomo ahora de un nuevo amo; mejor dicho, una nueva ama... Su nombre es Samantha Harrelson, una chica de trece años con cabello castaño y ojos verde esmeralda. Hizo un contrato con este elegante mayordomo a camb...