«Y es cuando otras personas se involucran en su destino, que se dan cuenta de que los problemas que habían atravesado a sus dieciocho años no se comparaban a los de diecinueve, y que proteger su corazón resulta más difícil que intentar salvar al mun...
SeokJin siguió caminando en aquella remota isla, la cual conocía a pesar de haberla dejado en el olvidado. Caminó cuidadosamente hasta dar con la cueva que tanto ansiaba encontrar. Con una sonrisa de satisfacción se adentró a ésta y se sacó la capucha de la capa negra que llevaba puesta.
Buscó la parte plana del suelo irregular y se mantuvo parado ahí mientras observaba el lugar con detenimiento. Al parecer ella no saldría a voluntad.
— Majo, kyōryokuna majo, mirai no majo o yobimasu. — lanzó un hechizo parado frente a un muro con una escritura en ella.
A los segundos detrás de él una luz se encendió y luego apareció una mujer de cabello rojo. Ella tenía su propia luz, por lo que el peli negro no necesitaba utilizar un hecho para alumbrar el lugar. La pelirroja sonreía como un ángel, cuando SeokJin sabía perfectamente que era mitad demonio, aún así él también sonrió.
— Rey SeokJin. — dijo ella fascinada — Pensé que no volvería, han pasado casi veinte años.
— Han pasado diecinueve años desde que puse en pie mi plan. — manifestó con confianza y la fémina asintió, comenzando a caminar a su alrededor.
Su vestido apegado, que moldeaba su figura era de un color rojo intenso que contrastaban con su blanca y tersa piel, estaba adornado de una piedras preciosas del mismo color rojizo. Debía admitir que era la bruja más bella que había conocido.
— ¿Cómo le fue en su plan? — preguntó ella sin mirarlo.
— Usted lo sabe, bruja Rose, yo gané. — respondió de forma altanera; la mujer lo miró y un destello rojizo apareció en sus ojos mientras sonreía.
— ¿Qué lo hace pensar eso? — cuestionó la mujer con apariencia joven y el rey también sonrió mientras se cruzaba de brazos.
— Tengo al chico estrella bajo mi poder. — alardeo y la pelirroja se vio sorprendida. — Vive bajo mis órdenes hace siete meses. — agregó y la sonrisa en el rostro de la bruja desapareció. — La persona que usted dijo que sería más poderosa que yo, está bajo mi control.
— Por supuesto que lo está. — comentó, confundiendo al visitante — Él no sabe que es más poderoso que usted, ¿O me equivoco?, tal vez, su alteza sea la única persona que lo sepa o ¿Se lo ha comentado a alguien más?
— ¿Qué quieres decir, bruja? — preguntó con recer; la sonrisa volvió al rostro de la mujer.
— Puedes contener a ese niño. — dijo ella, acercándose cada vez más. — Pero nunca podrás derrotarlo . . . Tú lo sabes, y es por eso que prefieres mantenerlo a tu lado, que esté al alcance de tus manos, bajo tu poder, pero cuando menos te lo esperes ese principito te destruirá, SeokJin; todo por lo que has trabajado se volverá nada y todo por un niño más poderoso que tú.
El más alto la empujó, haciéndola retroceder mientras reía. La bruja nunca le había mentido, pero odiaba que esa sea una verdad. No podría dejar que eso pase.
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