S T R A Y : 𝒌𝒊𝒅𝒔

°¦XLIV. Propiciar¦°

¿Alguna vez han hecho algo que saben que es incorrecto pero que se siente como si fuese lo más acertado del mundo y no se sienten mal a pesar de saber que pudieron haber lastimado a alguien?, es que la culpa no es instantánea, viene después de actuar mal, y Seungmin no pudo resistirse a cometer aquella maldad, aunque eso signifique arder en el infierno de lo prohibido.

Abrió los ojos con pesadez y un dolor en su espalda baja. Se dio cuenta que frente a él dormía con una paz tranquilizadora la persona que había ardido junto con él la noche anterior. Los recuerdos golpearon las paredes de su cabeza de manera repentina, y pensó que tal vez la noche anterior no había estado tan cuerdo como para tomar las decisiones correctas. Así que ahí estaba, el arrepentimiento floreciendo en su pecho, como una flor en primavera.

Segundos después observó como su compañero de cama iba despertando, hasta dar con sus ojos y sonreír de inmediato, como si hubiera visto algo tan tierno como un cachorro. Estiró sus brazos aún con la sonrisa en el rostro, como si hubiese despertado con el mejor humor del mundo, después de haber tenido un sueño hermoso.

— Que bonito es despertar así. — comentó mirándolo. — Pagaría para que fuera así siempre.

— Hyunjin-

Pero no pudo terminar de articular las palabras, puesto que el mayor estampó sus labios con los suyos, creando un beso romántico e inesperado. Era como si el peli negro exigiera que se repitiera lo de la noche anterior, y Min hubiera estado  dispuesto a complacer aquellos deseos mutuos, pero no, ya no, la culpa que había invadido su conciencia lo remordia sin piedad, por lo que alejó con mucho esfuerzo al más alto y negó con su cabeza lentamente.

— No deberíamos. — dijo con total convicción.

— ¿Qué? — soltó de lo más confundido el contrario. — ¿Po-Por qué?

De un momento a otro, sin esperarlo, y antes de que pudiera contestar a la pregunta formulada, la puerta de la habitación fue abierta de golpe, dando paso a una pareja inoportuna.

— ¡Seung-

Se detuvo en seco al ver a dos de sus amigos, aparentemente desnudos, ya que sus torsos estaban siendo expuestos, y sus partes bajas eran cubiertas sólo por una sábana, cada uno tan cerca al otro, estando echados en una cama, que no era necesariamente grande, acompañados por la luz del sol en una mañana, después de haber escuchado ruidos raros la noche anterior, cuando había pasado cerca a su puerta.

— Oh, mierda. — murmuró con total incomodidad el peli negro.

— ¿Qué es esto? — cuestionó el otro chico a su lado, con la boca abierta y la conmoción invadiendolo.

Hyunjin intentó articular palabras con sentido, pero lo único que salió fue:

— Felix, oye, por favor, no-

— Se lo diré a Jeongin. — dictó con firmeza el rubio, pero fue sujetado por Changbin cuando estuvo a punto de irse de la habitación. — ¡Sueltame!

— Felix, sé que estás molesto, sé que yo . . . — intentó volver a excusarse, pero aún era irreal la situación.

— Él no se merece esto, Hyunjin. — lo cortó hábilmente el menor. — Ambos hicieron mal, ¿sabes cuánto daño le han hecho?

— Felix. — lo llamó de repente Seo en voz baja, el menor lo miró expectante. — Jeongin se metió con Hyunjin, aún sabiendo que eso causaría un gran daño en Seungmin, pero eso no lo convierte en una mala persona, porque uno no elije de quien enamorarse, ¿comprendes?

— Changbin . . . — y claro que lo sabía mejor que nadie.

— Yo se lo diré a Jeongin. — todos miraron al dueño de aquellas palabras. — Le diré la verdad, terminaré de una vez por todas con ésta mentira, así que por favor, Felix, déjame hacerlo yo.