«Y es cuando otras personas se involucran en su destino, que se dan cuenta de que los problemas que habían atravesado a sus dieciocho años no se comparaban a los de diecinueve, y que proteger su corazón resulta más difícil que intentar salvar al mun...
Hace mucho que no tenían una plática juntos a altas horas de la noche. Los tres se encerraron en la habitación del menor con la intención de ayudar emocionalmente a su amigo Lee, ya que uno no estaba en su mejor momento después de una ruptura.
Felix tocó su mano y negó con una pequeña sonrisa de labios.
— No ha terminado. — indicó seguro de sus palabras. — Jisung y tú se aman.
— Yo creo que deberían hablar más tiempo, es más, antes de que vayamos a cumplir diecinueve, para ese entonces podrían pasar una noche bonita como pareja. — comentó Jeongin mientras abrazaba una almohada — Recuerden que esto no es para siempre . . . La razón por la que estamos aquí, es para prepararnos correctamente, una vez que el peligro haya sido descartado y nuestros reinos nos necesiten, deberemos volver.
— Jamás pensé que dirías eso con tanta facilidad. — admitió el mayor de los tres alzando las cejas sorprendido.
— Es una realidad de la que no podemos escapar. — admitió vagamente, con un nudo en su garganta.
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— Es una realidad de la que quiero escapar. — comentó el mayor, ganándose una mirada desaprobatoria de su amigo echado al lado suyo.
— Sé que amas mucho a Felix, pero renunciar a tu trono por él . . . Es algo extremista. — opinó sincero el menor — ¿Cuánto falta para nuestro cumpleaños?
— No lo sé. — el mayor alzó su vista como buscando la respuesta — Unas semanas.
— El tiempo pasa volando. — comentó nostálgico y en voz baja.
— ¿Qué piensas hacer?, respecto a tu relación con Minho. — cuestionó como buen amigo preocupado por su estado sentimental.
Han fruncio los labios en señal de no querer hablar del tema. Cerró los ojos y soltó un suspiro.
— No lo sé.
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Su vista chocó con la hermosa luna llena que en ese momento alumbraba el cielo, decorado por un mar de estrellas brillantes y llenas de ansiedad por ser admiradas. Pero Hyunjin no quería verlas a ellas, él simplemente buscaba entre cada una la señal de que Seungmin pudiera estar por allí. Sus ojos se llenaron de lágrimas al recordar su penosa despedida, su corazón se encogió al recordarlo llorar y todo eso fue peor cuando una ráfaga helada lo envolvió. Salir en medio de la noche por un poco de aire para poder pensar se le estaba haciendo más difícil de lo que creyó. En medio de su arrepentimiento y dolor de heridas que aún no cicatrizaban a pesar del tiempo, escuchó una voz a lo lejos, volteó su cabeza para ver de quien se trataba, encontrándose a la persona que menos quería ver en ese momento.
