°¦XLIX. Miedo¦°

1.9K 337 117
                                        

¿Y cómo logro lo que me está pidiendo, majestad?

— Sembrando en ellos ese tipo de sentimiento que ahuyenta.

— ¿De qué sentimiento habla usted?

— Del miedo, Jungkook.

Había usado aquella señal que significaba que debían hablar, y por supuesto que el menor quería hablar con él, pero sabía que podría aceptar con facilidad cualquier cosa que el peli negro dijera, y más si el mayor lo decía con una de sus estúpidas...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Había usado aquella señal que significaba que debían hablar, y por supuesto que el menor quería hablar con él, pero sabía que podría aceptar con facilidad cualquier cosa que el peli negro dijera, y más si el mayor lo decía con una de sus estúpidas hermosas sonrisas. A pesar de todo aquello, y siendo consciente de lo débil que era, Jisung se dirigió al viejo árbol sin rechistar.

Encontró al más alto admirando el cielo de colores, a punto de anochecer. Se paró a su lado con cierta timidez, intentando pasar desapercibido, pero supo que el mayor se había percatado de su presencia, puesto que había sonreído de repente. "Genial, aquí vamos".

— Por un momento pensé que no vendrías. — admitió entre risitas Lee. — Me alegra que realmente ya no estés molesto conmigo.

— Busco cosas muy diferentes a lo que tú me ofreces. — manifestó de golpe el rubio; el mayor dejó su alegría de lado y lo miró confundido. — Y creo que el ejemplo de Changbin y Felix tiene mucho sentido, tampoco es como si tuvieramos toda una vida para tomarlo con calma . . . Pronto sólo nos veremos para tomar en cuenta la opción de formar alianzas entre nuestros reinos, nada más, ni nada menos que eso. Espero que en un futuro no quieras iniciar una guerra contra mi tierra, estaría en clara desventaja, señor mueve todo con la mente.

— Ni siquiera lo he tomado en cuenta. — confesó divertido el más alto.

— Pensé que te enojaria mi forma de hablar en este momento. — murmuró Jisung ahora menos nervioso. — Ya sabes, lo estoy arruinando ahora mismo-

— Y aún así, sigues hablando. — le interrumpió Min; el menor bajó la cabeza apenado.

— Y aún así, tú me sigues escuchando.

— Porque aún así . . . me sigues gustando, Han Jisung.

El menor sintió como su piel se erizaba de inmediato, y como su corazón nuevamente volvía a latir como un loco, volvía a latir por la misma persona, por Lee Minho.

— ¿Por qué tan de repente? — cuestionó avergonzado por la confesión; ambos rieron sin dejar de mirarse el uno al otro.

De un momento a otro, y aún mirándose fijamente con una sonrisa pintando sus labios; sobre ellos comenzaron a caer pétalos de flores, tan hermosos y románticos como el ambiente de una película. El menor miró la escena sorprendido; se notaba en su rostro la sorpresa y felicidad que estaba sintiendo por algo tan simple que hacía una gran diferencia, pero lo que más hizo latir su corazón fue el hecho de que Minho haya entrelazado su mano con la suya, de manera dulce y nada forzada, como si sus manos encajaran a la perfección. El rubio apoyó su cabeza en su hombro aún con una sonrisa, sin poder evitarlo, irremediablemente feliz.

S T R A Y : 𝒌𝒊𝒅𝒔 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora