«Y es cuando otras personas se involucran en su destino, que se dan cuenta de que los problemas que habían atravesado a sus dieciocho años no se comparaban a los de diecinueve, y que proteger su corazón resulta más difícil que intentar salvar al mun...
Aquel día se cumplían seis meses desde que Seungmin se había ido.
El peli negro miró a través de la ventana de la habitación donde se encontraba y suspiró. Era bastante temprano para estar despierto, pero últimamente se le hacía imposible dormir.
Continuó con la limpieza hasta dar con la pequeña perla de la mesita de noche, y cuando estuvo a punto de tomarla, sintió una presencia en el dormitorio. Se paró erguido y volteó a ver de quien se trataba, encontrando a Jeongin mirándolo angustiado.
— ¿Qué haces?
— Ya sabes, un poco de limpieza. — respondió con simplicidad el peli negro.
— Hyunjin, te estás haciendo daño. — comentó el menor totalmente preocupado. — No me digas que te despiertas todos los días a éstas horas.
— No puedo dormir, In. — anunció el mayor sin mirarlo. — Me siento solo.
Yang se adentró aún más a la habitación y lo abrazó con fuerza. Hyun sólo se quedó parado, sintiendo la preocupación y el amor que le tenía el menor. Se sentía bien ser amado.
— Por favor, descansa. — le pidió el menor con tristeza. — Sé que es difícil, pero no pienses que estás solo, porque me tienes a mí.
— Siempre te tuve, ¿No es así? — interrogó sin pensar y el menor lo soltó para mirarlo fijamente. — Eres un chico muy lindo, decidido, y alegre. — comentó, confundiendo al más bajo. — Hay alguien que te quiere para él . . . Pero tú sólo me miras a mí.
— Hyunjin . . .
— Esa persona . . . Fue egoísta. — agregó con cierta amargura en su voz. — Creo que la amabilidad es debilidad.
— ¿De qué hablas?
— ¿Puedo ser egoísta? — cuestionó, como si realmente no estuviera hablando con el menor, sino consigo mismo. — Viví rodeado de amor, dentro de una familia perfecta, tuve muchos amigos en la escuela y . . . Todos me amaban.
— ¿Qué?
— No sé porque. — dijo de repente, con la voz quebrada. — O tal vez sí sé.
— Creo que debes dormir ahora-
— Fui un idiota, ¿Sabes? — continuó con sus ojos llorosos — Ellos sólo querían ser amigos del futuro rey. Mi familia perfecta no es perfecta, porque ni siquiera sé cual es el color favorito de Lia, la única persona que siempre es indiferente conmigo.
— Son cosas que pasan-
— Pero aquí todos son futuros reyes, y a pesar de estar en las mismas condiciones que yo, tú me quieres de verdad. — soltó de repente, dejando sin palabras al menor. — Tengo razones para querer intentarlo contigo.
— ¿Qué?
— ¿Quieres que un nosotros sea posible?
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