«Y es cuando otras personas se involucran en su destino, que se dan cuenta de que los problemas que habían atravesado a sus dieciocho años no se comparaban a los de diecinueve, y que proteger su corazón resulta más difícil que intentar salvar al mun...
¿Acaso la infidelidad era una característica latente del equipo?
Ninguno podía hablar. La mandíbula de Felix se había tensado, y el rostro de Minho era un libro abierto. Mostraba su nerviosismo como si estuviera a plena luz del día. Miró detenidamente a Felix, el cual negaba con el ceño fruncido y sus ojos de cachorro. Recordó que en el lugar también estaba Han, y su corazón se quiso detener en ese preciso instante.
— ¿Q-Qué cosas dices? — su voz no era estable. — ¡Oye!
— ¡Mierda! — exclamó enojado el más bajo. — ¡Realmente son increíbles! — habló con clara ironía. — ¿Cómo pudieron?
— ¡Te digo que no es cierto! — se alteró el contrario, para inmediatamente girar sobre si y mirar a su novio. — Hannie . . .
— ¿Es . . verdad? — logró preguntar con un hilo de voz, aún incrédulo.
— No fue una infidelidad. — explicó rápidamente. — Yo . . .
— Por favor — le dijo cortante — no me hables. — el menor corrió escaleras arriba con sus ojos a punto de explotar en lágrimas.
Minho miró nuevamente al par restante y con los labios fruncidos negó repetidas veces.
— No fue nada serio. — aclaró rendido. — Sólo fue-
— ¡Me importa una mierda! — exclamó con exasperación Changbin. — Y yo que me sentía la peor escoria — se acercó en demasía a Lee y murmuró — pude haberle hecho daño a su brazo . . . Pero no a su corazón.
Y sin decir alguna palabra más, también desapareció de la pequeña sala. Subió las escaleras y se encerró en su habitación, pensando lo peor de su ahora oficial ex novio.
— ¿¡Qué te pasa!? — gritó el rubio con lágrimas en los ojos, totalmente consternado. — ¿¡Cómo pudiste aceptarlo!?
— Porque es verdad-
— ¡No me metas en esto! — lo interrumpió enfurecido. — Yo no te besé. — se acercó un poco más, desafiante. — Estabas con el corazón roto, confundiste las cosas y por eso pasó lo que pasó, por más que te haya dicho que no lo hagas, continuaste-
— ¿Sin tu consentimiento? — atacó serio. — Oh, Felix, tú pudiste fácilmente sacarme de tu habitación, en su lugar, decidiste dejarme hacer lo que yo quisiera.
— ¿Quién comenzó? — murmuró molesto.
— Aquí no importa quien comienza. — enfatizó — Lo importante es como termina.
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Jeongin abrió la puerta de su habitación y por detrás de la persona que tenía enfrente, notó a Jisung subir apresurado y encerrarse en sus aposentos. Mantuvo el ceño fruncido por la confusión, hasta que el mayor frente a él habló.
— ¿Puedo entrar? — interrogó y el menor asintió con una pequeña sonrisa de labios.
La pareja se sentó en la cama. Mirando al otro fijamente. El menor notó su ansiedad y decidió comenzar a hablar.