«Y es cuando otras personas se involucran en su destino, que se dan cuenta que los problemas que habían atravesado a sus dieciocho años no se comparaban a los de diecinueve, y que proteger su corazón resulta más difícil que intentar salvar al mundo...
Amaba abrazarlo y dejarse besar por su novio. Su novio. Le encantaba saber que era así, que realmente Hyunjin era suyo, y de nadie más.
En ese momento la forma en que Hwang podía obtener el perdón de Jeongin eran dándole mimos y atención. Era todo lo que el menor pedía y aceptaba sin protestar, pues el mayor lo hacía feliz con sólo besarlo.
— ¿Eres feliz conmigo? — preguntó temeroso el menor en medio de una sesión de besos que habían comenzado apenas habían tocado la cama.
Hyunjin pensó unos segundos antes de dar una respuesta. Miró con mayor detenimiento los ojos llenos de brillo que poseía el pequeño ángel, dueño de sus sonrisas y la razón por la cual no se sentía solo. Tal vez sí era feliz con él, tal vez sí lo amaba, tal vez debió ser él desde un principio.
— Soy feliz, sí. — sonrió siendo correspondido inmediatamente.
— Entonces, ¿Estás enamorado de mí? — interrogó y el mayor rió.
— Me gustas mucho, Jeongin, por supuesto. — contestó con simpleza; el menor borró todo rastro de felicidad en su rostro.
— No te pregunté eso-
— Estoy enamorado, estoy enamorado de ti, Jeongin. — interrumpió con seriedad.
Ambos iniciaron un nuevo beso, uno de tantos, uno que lamentablemente no era cien por ciento sincero.
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.·. Una semana después .·.
Jungkook no era nada silencioso cuando se trataba de despertarlo. Seungmin se quejó por la luz solar que golpeó su rostro sin aviso. El mayor había abierto las cortinas y mantenía su sonrisa intacta.
— Hoy no habrá entrenamiento, el rey está muy ocupado con algunos asuntos de suma importancia. — informó el más alto, su atuendo completamente blanco cegaba la vista del menor.
— Oh, mis ojos. — se quejó el chico de cabello casi completamente marrón; el mayor se acercó a él. — ¿Esos asuntos están relacionados con?
— Con lo que te conté hace un tiempo, el supuesto hijo del viejo rey. — respondió el castaño; el menor asintió sin recordar completamente esa conversación.
— ¿Qué haremos hoy? — interrogó Min levantándose.
— Daremos un pequeño recorrido por el palacio.
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