°¦XLVII. Confusión¦°

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No entendía el porqué de todo a su alrededor.

¿Por qué Minho había hecho aquello?

¿Por qué Chan le hablaba de esa forma a Jeongin?

¿Por qué Hyunjin había decidido desaparecer junto con Yang en ese preciso momento de tensión?

¿Por qué le dolía el corazón enormemente por algo tan simple?

¿Por qué su mente era un caos en medio del caos?

Seungmin actuó rápido y sujetó el otro brazo de Minho con fuerza, tomando de esa forma el lugar que había dejado Hyunjin segundos antes.

— Gracias, Min. — le dijo con aflicción el líder, a lo que él asintió desganado.

Los que quedaban decidieron continuar con la caminata en silencio.

En cuanto llegaron, dejaron al cuerpo descansar sobre la cama. Jisung tomó una banca y se sentó al lado del cuerpo inerte. El rostro de Lee estaba salpicado de raspones y sangre seca. Su pecho subiendo y bajando indicaba que estaba vivo, cosa que fue de gran alivio para todos.

— ¿Cómo es posible? — interrogó Felix en voz alta. — Esa caída hubiera matado a cualquiera con facilidad.

— A cualquiera . . . pero no a nosotros. — indicó Changbin, como si al hablar se diera cuenta de aquello él mismo también.

— ¿Por qué lo hizo? — cuestionó Chan con enfado mezclado con confusión. — ¿Por qué no voló? ¿Por qué?

— Será mejor que dejemos a Han a solas con Minho. — avisó Seo en un intento de sacarlos a todos de la habitación y bajar la alteración de su líder.

Todo pensaron que era lo mejor. Jisung se encargaría de despertarlo.

— ¿Por qué? ¿Por qué lo hiciste?, fue peligroso y estúpido

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— ¿Por qué? ¿Por qué lo hiciste?, fue peligroso y estúpido. — regañó el menor con leve recelo.

Ambos se encontraban en la habitación del menor, el cual aún no podía creer que había logrado tele-transportar a alguien consigo.

— Te veías muy seguro de tus palabras allá. — respondió el pelinegro con simplicidad. — Y Chan demostraba no confiar en ti, así que quise darle una razón para que lo haga, porque yo sí confío en ti, Jeongin.

El menor se sintió de repente feliz, y no pudo evitar sonreír agradecido, el mayor también lo hizo y colocó una mano sobre su hombro, estando con un sólo pensamiento en su mente, pero no era el momento, aún no.

— Lo lograste, Innie. — murmuró con orgullo, puesto que él había sido el mayor testigo del esfuerzo que había puesto en ello para alcanzar su meta; el más bajo asintió.

Sus miradas se conectaron de forma sutil, y por la cabeza de Jeongin pasó la idea de abrazarlo, pero entonces recordó lo que había visto antes del caos, por lo que sólo bajó la mirada tras un suspiro.

S T R A Y : 𝒌𝒊𝒅𝒔 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora