«Y es cuando otras personas se involucran en su destino, que se dan cuenta de que los problemas que habían atravesado a sus dieciocho años no se comparaban a los de diecinueve, y que proteger su corazón resulta más difícil que intentar salvar al mun...
Sé que no todxs se sienten cómodxs leyendo smut explícito, y es por eso que cuando comience serán avisados con un [UwU] y al finalizar también. Y para quienes les gusta, me disculpo de antemano porque no soy buena en ello :'v pero hice todo lo posible <3 lOve.
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Había llegado la noche para los nueve chicos. Todos ya se encontraban dentro de la cabaña cenando lo que Chan, Woojin, Changbin y Jeongin habían preparado horas antes.
Las cosas en la mesa no eran las más cómodas. Aún había problemas, de los cuales no se podía conversar con libertad, pero que de alguna forma debían ser resueltas, lo más pronto posible.
— Recuerdo que las situaciones complicadas eran conversadas en la mesa . . . en el planeta de hechiceros. — y cuando alguien estuvo a punto de protestar, Seungmin continuó con rapidez. — Y sé que a muchos de ustedes no les importa cómo funcionaban las cosas allá, pero quiero hacerles saber que aprendí muchas cosas sobre monarcas, reinos y como es un gobierno. — explicó, mirando a cada uno. — Seremos reyes, ¿no es así? — nadie reaccionaba con algún tipo de expresión eufórica. — Debemos madurar . . . Debemos aprender a enfrentar nuestros problemas, y sería bueno que no perdamos tiempo y lo hagamos lo más antes posible. — "desearía que todo esté resuelto cuando yo me deba ir, y no quedarme con el amargo sabor de saber que no conviven en paz" — Si es posible . . . hasta podrían conversar ésta misma noche.
Guió su vista a la esquina de la mesa, que era ocupada por el líder, el cual le dedicaba una mirada de recelo. Era obvio que ninguno en el lugar entendía el porqué de sus palabras, pero eso a Seung no le importaba realmente, sólo quería ser escuchado y comprendido de forma correcta por los demás; quería ser de ayuda, después de todo el caos que había traído consigo hasta ellos.
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Pensaba en las palabras de Lee. En lo que había dicho Yang. Y en el discurso de Seung. Unió todo en su cabeza, como si se tratase de un rompecabezas hasta llegar a un acuerdo consigo mismo.
— El orgullo no me hace feliz. — se dijo en voz alta. — Tal vez la idiotez sí lo haga.
Se levantó de su cama y abrió la puerta de su habitación, encontrando detrás de ésta a la persona que no había podido salir de su mente todo ese tiempo.
Felix sonrió nervioso, siendo igual de hermoso a los ojos del mayor; abrió la boca para decir algo, pero la cerró inmediatamente, mostrando no estar seguro de qué decir.
— ¿Qué haces aquí? — cuestionó el peli negro con el ceño fruncido.
— Quise saber si las palabras de Min hicieron algún efecto en ti. — confesó resignado; el mayor se hizo a un lado, indicando que el menor podía entrar al lugar.
