°¦XXXII. Heridas¦°

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Escuchó la puerta abrirse y siendo cerrada con lentitud. Sintió que parte de su cama se hundía y no le tomó importancia hasta que un brazo rodeó su cintura y su nariz rozó con otra sutilmente. Abrió los ojos de inmediato, encontrándose con la oscura mirada de Minho. Éste lo acercó más, dejando a sus pechos casi pegados. Lix fruncio el ceño confundido.

— Sigo triste, Felix. — comentó en un susurro y con ojos de cachorro el mayor.

— Está bien, duerme conmigo. — dijo inocentemente, sin saber que aquella sonrisa que había aparecido en el rostro de Lee solapaba sus verdaderas intenciones.

— No quiero dormir. — murmuró; el menor trató de alejarlo un poco al menos, pero su cuerpo cansado no tenía la suficiente fuerza.

— ¿De qué hablas?

Ni siquiera le dio el tiempo de reaccionar cuando sus labios se encontraron, uniéndose en un dulce  pero indeseado beso. Lix lo empujó, pero los brazos del mayor aún seguían en su cintura, sujetando con firmeza su cuerpo.

— No hagas eso. — le dijo el menor aún incrédulo. — Sé que estás triste porque Han terminó contigo, pero . . . yo estoy bien con Binnie, no quiero que se arruine.

— Sólo será un momento. — trató de convencerlo. — Él no se va a enterar.

Nuevamente sus labios se unieron. Las manos de Minho viajaron por la piel desnuda del menor. Se subió encima de él y en un movimiento rápido hizo fricción entre sus miembros, sacando jadeos inesperados en el rubio.

— No hagas mucho ruido. — murmuró divertido el peli negro.

— ¿Qué haces ahí arriba? — le interrogó un poco molesto el menor. Todo parecía ser sólo un sueño, uno que no era agradable.

— Sé que lo vas a disfrutar. — volvió a moverse encima con lentitud, como si realmente estuviese dispuesto a ir más allá.

— Ah . . . Minho, esto . . . Está mal. — logró decir en medio de las sensaciones. — Debes parar . . . Es que . . . ¿Acaso no amas a Jisung?

Sus movimientos pararon en seco en cuanto escuchó aquel nombre. Fruncio los labios cuando sintió sus ojos humedecer, bajó del chico y se acostó a su lado mientras mantenía la mirada en el techo, sin ganas siquiera de mirarlo.

— A veces siento que él no me ama. — confesó con un nudo en la garganta. — Y odio sentirme tan mierda por su culpa.

— ¿Por eso quieres hacerle esto? ¿Conmigo? — cuestionó Felix, de alguna forma lo estaba regañando, y el mayor se tapó el rostro con ambas manos.

— Lo siento. — susurró apenado.

Felix decidió abrazarlo mientras dejaba un beso en su mejilla. No le gustaba ver como su amigo sufría, pero tampoco podría complacer sus deseos carnales, ya que no quería lastimar a la persona que amaba. Aquella noche se dedicó a consolarlo y darle uno que otro beso de más.

Jisung fue directamente a la cama y abrazó a Seungmin. Mientras que Hyunjin observaba la escena un poco incómodo, pues debía estar molesto con él por interrumpir de esa forma, pero de la misma manera sentía pena por su amigo.

— ¿Qué pasó? — cuestionó el peli marrón rojizo preocupado.

— No quiero hablar de eso. — respondió el mayor aún abrazando a su amigo.

— ¿Está relacionado con Minho? — interrogó Hyunjin, casi seguro de sus palabras.

— ¿Qué parte de que no quiero hablar de eso no entendiste? — preguntó el rubio entre dientes; el peli negro se sintió atacado, por lo que guardó silencio.

S T R A Y : 𝒌𝒊𝒅𝒔 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora