— El rey . . . Y sus discípulos . . . — el mayor asintió inexpresivo. — Hubo un rey que tenía ocho discípulos; el primero se llamaba Im Jaebum, era quien tenía más liderazgo entre todos. El segundo tenía por nombre Min Yoongi, también conocido como el hechicero del pueblo, ya que visitaba hospitales, orfanatos y albergues con frecuencia. El tercero llevaba por nombre Kim SeokJin, era el más admirado por su belleza. El cuarto discípulo se llamaba Kim Namjoon, era experto en las técnicas y estrategias. El quinto discípulo tenía por nombre Jung Hoseok, era amado por los niños, uno de los más humildes y humano. El sexto discípulo era Wang Jackson, uno de los más hábiles. La séptima discípula era Kim Jisoo, la única de las mujeres, pero con un talento innegable. El octavo discípulo, el último llevaba por nombre Park Jinyoung, y de él no se destacaba algo especial. — dejó todo hasta ahí y el rey negó.
— Eso no es todo, ¿verdad? — interrogó, estando seguro de estar en lo cierto. — Continúa, Chan.
El menor suspiró rendido.
— El rey eligió a los cinco primeros discípulos para ser candidatos al trono — guardó silencio por un momento — pero poco tiempo después, el primer discípulo fue hallado muerto cerca a una isla; el segundo desapareció completamente, por lo que lo consideraron muerto; el quinto discípulo desapareció después de renunciar a sus privilegios, y el tercero con la ayuda del cuarto ascendió al trono y se consagró rey, puesto que también tenía el apoyo del sexto discípulo, y la séptima y octavo discípulo habían desaparecido después de la decisión del rey antiguo.
— ¿Qué más? — lo animó a proseguir.
— Usted lo mandó a matar. — dijo con un nudo en la garganta, intentando no quebrarse por los recuerdos. — ¿Por qué?
— Tú lo sabes, Bang. — habló el rey con seguridad.
El menor había empezado a derramar lágrimas inconscientemente; la historia que llevaba como si fueran sus propios recuerdos lo ponían triste, como si él hubiese pasado por todo.
— Así es, lo sé.
Después de recibir aquella noticia, Seungmin trató de mantener a todos bajo control, pero era difícil, sumamente difícil sin Chan.
Jisung se encontraba al lado de Jeongin, con la intención de entrar a su mente y poder despertarlo. Por mientras habían decidido esperar a que los demás regresen y así poder tomar mejores decisiones en conjunto.
Minho miraba sin algún signo de vergüenza a Han, el cual desviaba su mirada cuando se encontraba con la de él; pues ambos estaban agachados y a cada lado de Yang; Lee sujetando su cabeza y Jisung intentando entrar a su mente.
— ¿Puedes parar? — le cuestionó en voz baja el menor.
— ¿A qué te refieres? — se hizo el desentendido.
— Deja de mirarme; necesito concentrarme y no me ayudas. — explicó seriamente y el mayor asintió.
— Está bien, lo siento. — y sabía que no era momento de ponerse por lo menos un poco feliz, pero saber que Han aún sentía cosas por él le daba esperanza por su relación.
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S T R A Y : 𝒌𝒊𝒅𝒔
Fanfic«Y es cuando otras personas se involucran en su destino, que se dan cuenta que los problemas que habían atravesado a sus dieciocho años no se comparaban a los de diecinueve, y que proteger su corazón resulta más difícil que intentar salvar al mundo...