°¦LXII. Tormenta¦°

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Reino Seung (2011)

Mis amigos me han preguntado que por qué soy tu amiga. — comentó ella con una dulce voz. El pelirrojo había bajado la mirada angustiado. No deseaba ser causa de un malestar en la vida de la única persona que le hablaba.

¿Qué les dijiste tú? — interrogó curioso el pequeño príncipe; la menor sonrió divertida, pensando que MinMin era realmente tierno.

Les dije: ¿qué les importa? — contestó con franqueza; ella soltó una pequeña risita, contagiando al mayor sentado a su lado, ambos sentados sobre el césped, en el mismo lugar donde se conocieron. — Mi padre dice que no debo dejarme influenciar por los malos comentarios de las personas. Tú nunca me has hecho daño, MinMin. Porque tú no eres un monstruo como tanto dices. — había manifestado años antes de que piense todo lo contrario. — Para mí eres un héroe, y el futuro de nuestro hogar.

¿Realmente merecía haber sido llamado un héroe?

Aquel recuerdo azotó su mente al encontrar a Hyunjin, a unos metros del viejo árbol, cerca al abismo, tan cerca, que hasta creía que si respiraba muy fuerte él podría caer. Lo que le hizo pensar específicamente en aquel momento con su amiga de la niñez y parte de su adolescencia, fue el hecho de ver a la persona que más amaba en peligro y querer correr hacia él y ser su héroe. Pero, ¿era posible?

De alguna forma sus pensamientos negativos le decían que él era el peligro, que quien debía acercarse era Jeongin, no él, desde un principio no debió ser él.

"Pero fue inevitable. Lo necesitabas. Necesitabas a Hyunjin en tu vida".

Se mordió el labio inferior con nerviosismo, sintiéndose de pronto inservible. Poco después observó junto con Yang, como es que del cielo caían rayos, dirigiéndose con velocidad directamente a Hwang, quien parecía estar en otro lado, menos en su cuerpo. La energía electrizante lo envolvió repentinamente. La lluvia impedía que pueda ver con mayor claridad lo que pasaba en ese momento, pero estaba seguro que el mayor estaba en peligro.

"Jeongin no pudo controlar su barrera psíquica. Minho no pudo volar. Jisung no pudo hacer que el tiempo prosiga. Woojin no pudo detener el crecimiento de las plantas. Felix no pudo evitar congelar todo lo que tocaba. Changbin no pudo reaccionar al instante con el fuego de su interior. Eso significa una cosa."

Hyunjin no podrá controlar la electricidad. — murmuró para sí mismo consternado. Miró rápidamente a Jeongin y lo tomó por los hombros. — Debes irte, lleva a todos a la cabaña, cierra todas las ventanas y mantenganse lejos de ellas. Hazlo lo más rápido que puedas, díselo a todos, ¿de acuerdo?

— ¿Qué?, ¿Por qué?, ¿Qué pasa?, ¿Qué harás, Seungmin? — cuestionó Yang, sumido en su propia angustia e incertidumbre; el mayor negó desesperado, sus ojos rogaban comprensión.

— Cree en mí, Jeongin. — le pidió aún sin soltarlo, sus ojos fijos en el otro. — Tú más que nadie me puede entender. Debo salvarlo, pero antes necesito asegurarme de que no les haré daño . . . Todo estará bien, si haces lo que te digo, rápido.

El menor asintió rendido. Miró de soslayo a Hyunjin, sintiendo un nudo en su pecho, y por más que una vocecita en su cabeza le decía que se quede, que esté ahí para el amor de su vida, otra parte de él le decía que lo correcto era dejar la vida de Hyunjin en manos de alguien que podía salvarlo y que lo amaba tanto como él. Sin más desapareció frente al peli marrón rojizo. Seungmin suspiró, guió su vista hasta al peli negro y sus manos se hicieron puño de inmediato. Debía tranquilizarse, había practicado más de un año en el control de sus poderes, debía hacerlo bien, definitivamente. Era como la prueba final.

S T R A Y : 𝒌𝒊𝒅𝒔 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora