«Y es cuando otras personas se involucran en su destino, que se dan cuenta de que los problemas que habían atravesado a sus dieciocho años no se comparaban a los de diecinueve, y que proteger su corazón resulta más difícil que intentar salvar al mun...
Cerró la puerta con fuerza, para sorpresa del mayor. Se acercó hasta su escritorio y tomó asiento frente a él. Mantenía la mirada seria intacta y pudo notar una pequeña sonrisa en los labios de SeokJin.
— ¿Qué se te ofrece? — preguntó el mayor mientras juntaba sus manos y entrelazaba sus dedos.
— Antes de que envíes a esos guerreros a la tierra, te pedí que Namjoon averigüe si el último príncipe realmente estaba muerto. — explicó y el rey asintió.
— Es cierto, lo hiciste, pero debes decirme primero la razón por la cual estás interesado en obtener aquella información. — manifestó y el menor fruncio los labios.
— Seungmin, él es la razón. — los ojos de SeokJin se tornaron más oscuros — Vive con la culpa en su interior cada día . . . Yo simplemente desearía quitarle un peso de encima, si es posible.
— El heredero del reino Yang . . .— empezó a hablar el mayor — . . . no está muerto.
Jungkook no pudo evitar mostrar una pequeña sonrisa en sus labios. Se levantó satisfecho e hizo una reverencia.
— Gracias, majestad. — el menor se fue del lugar dejándolo acompañado de un sentimiento amargo.
Kook se dirigió con rapidez hasta el balcón, pues había pasado poco tiempo antes de acordarse que había dejado sin supervisión a Seung. Y en cuanto dio por hecho que el menor ya no estaba, lanzó un hechizo que lo hizo tele-transportarse al pueblo. Llevaba puesto su capa negra para pasar desapercibido, aquello sería difícil de cumplir, pues estaba desesperado por encontrarlo. Abría las puertas de los locales hasta que dio con una cafetería, la magia hacía que todo sea más rápido. Su vista chocó con la cabellera pelirroja del muchacho, pero también vio a Yugyeom junto con alguien que él ya conocía perfectamente. Tomó de la muñeca a Seungmin, el cual lo miraba sorprendido y un poco asustado, luego salieron del local, dijo el hechizo para nuevamente regresar al palacio.
Ingresaron a la habitación del menor, pues si el rey se enteraba de su escape, las cosas no se pondrían nada bonitas.
— ¿¡En qué estabas pensando!? — exclamó furioso el mayor.
— ¡No me grites! — reclamó igual de molesto mientras acariciaba su muñeca — ¡Lo siento! ¿Bien?, simplemente quería darme un respiro.
— Pudieron verte, pudieron saber que no eras uno de los nuestros, pudieron secuestrarte, Seungmin. — anunció frustrado; el menor bajó la mirada, había sido insensato.
— Quieren matar al rey. — habló abruptamente — Lo escuché de ese chico llamado Yugyeom, se lo decía a otro hombre que no logré escuchar su nombre.
— ¿Qué? — interrogó confundido.
— No me has contado la verdad, Jungkook, y desearía comprender la razón por la cual ese chico quiere vengarse del rey, ¿Realmente mataron a su hermano?, ¿El rey fue capaz de hacer algo así? . . . no me siento seguro estando aquí, ya no.
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