«Y es cuando otras personas se involucran en su destino, que se dan cuenta de que los problemas que habían atravesado a sus dieciocho años no se comparaban a los de diecinueve, y que proteger su corazón resulta más difícil que intentar salvar al mun...
Tenía los nervios de punta. Y es que recibir un llamado de alerta o ayuda de Jeongin lo había alterado. Él junto con los demás se encontraban corriendo con dirección a la cabaña. Según el corto mensaje del menor, Woojin estaba en problemas y necesitaba la ayuda de todos, en ese preciso momento.
Y aunque por un momento pensó que al descubrir que Jeongin, al no ser de sangre azul, era el más vulnerable o débil de todos, y que debía cuidarlo más, no podía evitar sentirse igual de angustiado como cuando uno de sus compañeros de sangre azul estaba en peligro, por lo que dio por entendido que era parte de su naturaleza. Chan era un líder innato.
Una vez llegaron a la cabaña, subieron a la segunda planta al ver que la primera se veía impecablemente bien. Y ahí fue cuando su corazón casi se detiene, al ver el pálido rostro que su ex amante portaba. Estando atrapado literalmente entre lo que supuestamente debía controlar a la perfección. Sus ojos empezaron a arder y sus ganas de llorar se hicieron presentes sin miedo.
— ¿Quién hizo esto? — escupió con furia latente.
— Eso no importa ahora; hablaremos de los detalles después. Ahora, lo único que importa es sacarlo de ahí antes de que muera asfixiado. — anunció Changbin, mirando al mayor, a pesar de que éste sólo miraba a una sola persona, a Woojin.
— Minho, hazlo con cuidado. — demandó, a lo que el menor obedeció apresurado.
Habían tendido su cuerpo en la cama de Chan, que era una de las habitaciones que no había sufrido daños debido al crecimiento excesivo de plantas alrededor de la cabaña. Minho había hecho un buen trabajo deshaciendose de cada tallo que envolvía el cuerpo del mayor.
— Vi al mismo hombre que ha visto Jisung y Minho antes, estoy seguro de ello. — confirmó con certeza Seo, en medio del silencio.
— Estoy seguro que sí. — respondió Bang sin vida en su tono de voz.
— Él estará bien, sólo hay que dejar que descanse, que su cuerpo recupere energías. — comentó Hyunjin, para aligerar el ambiente pesado.
— Tendrá un trauma. Casi haber muerto por algo que nunca le dio miedo. — hizo las cosas más incómodas nuevamente el líder. — Prometan que juntos lo vamos a ayudar si en algún momento tiene problemas.
— Lo prometo. — fue el primero en hablar Bin.
— Lo prometo. — hablaron al unísono Jeongin, Minho y Jisung.
— Yo . . . Yo lo prometo, por supuesto que sí. — habló conmocionado Felix.
— Yo también lo prometo. — manifestó Hwang en un volumen de voz suficientemente audible.
Todos se quedaron viendo al único que había guardado silencio hasta el momento. Seungmin dio unos pasos con dirección a la cama, miró a Woojin para luego fruncir los labios. Sus más cercanos pudieron notar el dolor, causa de la empatía que vivía el menor, o hasta podría decirse que era culpa.
— Siempre ha sido así . . . Siempre será así. — aprovechó el tener la atención de todos en el lugar. — Nos apoyamos como una familia, y eso no va a cambiar sólo porque estemos pasando por dificultades. — algunos asintieron, brindandole confianza a seguir hablando. — Yo lo prometo, por Woojin, por ustedes y . . . por mí.
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