°¦ Epílogo ¦°

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Fue cuando vio a Felix llorar que se dio cuenta que todo estaba acabando para ellos.

Dos días antes habían llegado distintos mensajes, de los nueve reinos, indicando la fecha en que serían recogidos y llevados nuevamente a su reino. Pues tal y como decía aquel papel, el rey de hechiceros había informado de aquello a los nueve reinos.

— Pero Jungkook lo mató, él mismo dijo eso. — manifestó ante el menor Seungmin, parandose frente a la puerta para evitar que Jeongin salga del lugar.

— Eso no importa ahora. — le dijo el menor. — Me iré, Seungmin. Mis padres quieren que me vaya lo más antes posible, y quiero despedirme de Changbin y de los demás, así que déjame salir.

— Jeongin, no es momento, no puedes-

— ¡Mira a tu alrededor! — le interrumpió irritado. — Éste lugar está en ruinas, ¿no crees que es una señal? . . . Debemos irnos, Seungmin.

— Yo no quiero . . . Yo realmente no quiero que se vayan. — murmuró apenas audible; bajó sus brazos, y el menor logró escuchar su voz quebrandose con cada palabra. Dejó su maleta a un lado y se acercó furtivamente hacia él para entonces abrazarlo. — Lo siento mucho. — susurró Seung cerca a su oído.

— ¿Por qué lo sientes?

— Por dejar todo este lugar en ruinas . . . Lo siento. — respondió y el menor dio unas palmaditas a su espalda y le dedicó una mirada compungida en cuanto se separaron.

— No es tu culpa, trataste de protegernos. — le murmuró como consuelo, intentando hacer que deje de llorar.

El mayor secó sus mejillas en cuanto sintió la presencia de alguien más detrás de él. Yang miró al recién llegado y esperó a que dijera algo.

— Ya vinieron por Changbin. — informó el peli negro, con un nudo en la garganta. Jeongin asintió mientras tomaba su maleta, se dirigió a la puerta y se fue.

El mayor se acercó a Seungmin y entrelazó su mano con la suya, para luego darle un apretón de apoyo emocional.

— Se sentirá triste si no vas a despedirte. — le dijo y el menor aguantó sus ganas de volver a caer en el llanto. Miró a su novio y no pudo evitar sentirse aún peor al imaginar cómo sería despedirse de él.

— Vamos.

En cuanto habían llegado hasta todo el equipo, pudo observar a Felix y Changbin abrazados, ambos lloraban como nunca antes lo habían hecho y también pudo notar a Jisung al borde de las lágrimas, al igual que Chan y los demás. Todo era difícil cuando se trataba de despedirse.

— N-No te vayas. — rogó el rubio en medio del abrazo. — Q-Quédate un poco más, por favor.

— Lo siento. — el mayor rompió con el abrazo y lo miró directo a los ojos. — Sabes que te amo, ¿verdad?

El menor comenzó a sollozar mientras asentía.

— Te amo, en serio te amo, Changbinnie.  — le susurró cerca a su rostro; el mayor dejó un beso sobre sus labios y luego trató de sonreír.

— Somos polos opuestos . . . pero en vez de estar alejados lo más posible, el destino nos unió y estoy seguro que lo volverá a hacer. Así que no olvides eso, ¿de acuerdo? — interrogó y el menor asintió como un pequeño cachorro, para volverlo a abrazar.

Pasaron unos minutos cuando el chofer encargado de llevarse al peli negro dio la señal de haber llegado al tiempo límite. Rápidamente Chan se acercó a Changbin y lo abrazó con fuerza. El menor correspondió al instante.

S T R A Y : 𝒌𝒊𝒅𝒔 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora