«Y es cuando otras personas se involucran en su destino, que se dan cuenta de que los problemas que habían atravesado a sus dieciocho años no se comparaban a los de diecinueve, y que proteger su corazón resulta más difícil que intentar salvar al mun...
Alguien movía su hombro con insistencia; era cierto que debía levantarse, ya que ese día tendría entrenamiento, pero no quería, tenía demasiada pereza. Sus labios formaron un adorable puchero y con voz un poco infantil comenzó a hablar adormilado, aún con los ojos cerrados.
— No quiero, no quiero, déjame dormir, Jungkook. — la mano que antes había movido su hombro dejó de tocarlo, abrió lentamente sus ojos un poco confundido, puesto que Kook no se rendía tan fácil, pero grande fue su sorpresa al ver a Hyunjin ahí, mirándolo con el ceño fruncido.
— ¿Quién es Jungkook? — interrogó con un tono de voz tan serio que logró causar un escalofrío en el menor.
No estaba acostumbrado a verlo, ni mucho menos a mirarlo fijamente a los ojos.
— ¿Qué haces aquí? — evadio su pregunta, no se sentía obligado a responder.
— ¿Por qué te comportas de esa forma cuando piensas que es ese tal Jungkook pero conmigo te pones así de serio? — cuestionó el peli negro con los brazos cruzados; el menor se sentó en la cama y lo miró nuevamente.
— Él nunca me ha traicionado. — contestó, sin saber que aquello había sido como un cuchillo siendo enterrado en el corazón de Hwang.
Seungmin se levantó de la cama y sin dedicarle algún tipo de mirada al contrario, salió de la habitación. Es que había olvidado que ya no estaba en aquel palacio, él había vuelto, y debía acostumbrarse nuevamente a ello, y con eso se refería también a hacer cola por entrar al baño.
— Bienvenido a casa. — le dijo Minho con una sonrisa, pues él estaba también esperando en la cola.
— Había olvidado esto. — comentó el menor un poco divertido.
— Por supuesto, en un palacio no hay este tipo de cosas, pero en una casa, con una familia, es cosa de todos los días. — ambos sonrieron, de alguna forma tenía razón.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— ¿Está seguro, majestad? — interrogó Namjoon, aún sin estar completamente convencido.
— Que sí. — respondió un poco alterado el mayor. — ¿Cuánto tardará la planificación?
— Mark conoce el lugar, así que no tardaremos mucho en el plan, pero tal vez Jennie demore en la elaboración de los implementos, recuerde que Jisoo era la experta en eso, pero ahora se encuentra en prisión. — respondió, evitando que su tono de voz bajara su firmeza.
— Y no la sacaré de ahí, que demore máximo una semana, ¿De acuerdo? — el menor sentado frente suyo asintió.
Ambos se encontraban solos en la oficina, pero no sabían que Jungkook los había escuchado desde un principio pegado a la puerta; definitivamente debía hallar la forma de comunicarse con Seungmin. Oh, por supuesto que la tenía.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
