Pensaba en los límites que él mismo se había marcado cuando decidió comenzar una relación amorosa con Changbin.
Siempre había sido consciente de que las cosas no iban a tener un transcurso normal como la relación de Minho y Jisung, o la de Hyunjin con Jeongin o Seungmin. Eso no significaba que él pensara que ellos la tenían fácil. Para nada. Sólo diferente, puesto que no eran el opuesto del otro, como lo era él de Seo.
Bajó la mirada y observó con una pequeña sonrisa el rostro pacífico con el que dormía Bin. Era como un ángel de fuego. Un hermoso ángel que ponía cálido su frío corazón. Sonrió al pensar de esa forma, y unas ganas incontrolables por tocarlo se apoderaron de él.
— Una caricia no hará daño. — se convenció a sí mismo en un susurro.
Guió su mano hasta la mejilla del mayor. Dejó un pequeño toque de las yemas de sus dedos sobre su tierna piel . . . Sin imaginar que aquello desataria la peor situación de su vida. Puesto que en su mejilla había quedado una pequeña mancha blanca. Fruncio el ceño mientras se enderezaba para ver con mayor claridad que era aquello, pero las cosas no mejoraron en lo absoluto. La mancha blanca se propagó a un velocidad inaudita; tan rápida que pronto Felix pudo ver como el cuerpo entero de su novio era cubierto por una capa de hielo.
Y eso no quedó ahí.
Como escarcha congelada, aquello fue cubriendo la cama entera para luego tomar paso a congelar las paredes y el piso. Lix observaba en silencio, aturdido y confundido, pensaba que se trataba de un sueño, no, de una pesadilla, una broma que le estaba jugando su cabeza.
Pero no era así.
El ambiente helado, y la habitación completamente congelada, como si estuviera dentro de un refrigerador, le hicieron caer en cuenta de que era real. De que él era el único responsable. Se dirigió rápidamente a Chang, sin querer tocarlo, llevó sus manos a su boca, aún sin creer en lo que sus ojos le mostraban. Sintió las lágrimas involuntarias caer por sus mejillas. Negó repetidas veces, y la angustia se apoderó de su cuerpo. Changbin no podía estar totalmente congelado. Changbin no podía soportar el frío hasta tal nivel. Changbin no podía estar muriendo frente a él, con él ahí, no podía ser posible.
— B-Binnie. — soltó inestable, llevando sus manos con dirección al rostro de la persona que amaba, pero cuando sus dedos lo rozaron, el hielo se volvió más grueso en cuestión de segundos, caso que lo hizo sacar sus manos alterado. — Mierda, mierda, mierda.
Se levantó de la cama y fue a la puerta con rapidez. Se dio cuenta que con cada paso que daba, dejaba más congelado el piso. Tocó la manilla de la puerta congelada, y observó como el hielo se hacía cada vez más fuerte y grueso. La puerta no podría abrirse. La ventana era bloqueda por un trozo de hielo. Sólo estaban él y Changbin en ese momento.
Felix entró en desesperación y ansiedad.
— Mierda, mierda, mierda, ¡Mierda! — exclamó con frustración. — ¡¡Ayuda!! ¡¡Por favor!! — empezó a gritar alterado. — ¡¡Chan!! ¡¡Minho!! ¡¡Jeongin!! ¡¡Alguien!!
Pero no obtenía respuesta. Y con cada golpe que daba hacía que el hielo se intensificara.
— ¡Carajo! ¡Ayuda! — se decidió por sólo gritar, era mejor no tocar absolutamente nada.
— ¿¡Felix!? — interrogó detrás de la puerta una voz conocida.
— ¿¡Minho!? — esperanzado puso sus palmas sobre la puerta, causando que esta sea más imposible de abrirse.
— ¿Qué mierda? — escuchó la voz de su amigo. — ¡Hay hielo debajo de la maldita puerta, Felix!
— ¡¡Ayuda!! ¡¡Changbin está acá adentro!! ¡No sé que pasó! — exclamó con todas sus fuerzas, con la voz rota y con las mejillas llenas de lágrimas congeladas. — ¡¡No quiero que muera!!
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S T R A Y : 𝒌𝒊𝒅𝒔
Fanfiction«Y es cuando otras personas se involucran en su destino, que se dan cuenta de que los problemas que habían atravesado a sus dieciocho años no se comparaban a los de diecinueve, y que proteger su corazón resulta más difícil que intentar salvar al mun...
