Soltó un suspiro lentamente, sintiendo sus párpados pesados. Había completado su trabajo, órdenes del rey. Como consecuencia cargaba con un gran cansancio encima.
Abrió la puerta de la oficina real, encontrando lo que menos quería ver estando tan susceptible a todo en ese momento.
— Oh, no quise interrumpir. — habló avergonzado, o al menos mostrando eso en su tono de voz.
SeokJin alejó a Namjoon, empujandolo levemente y adentrando sus labios a su boca, totalmente incómodo. El más alto entendió qué es lo que seguía, por lo que salió rápidamente del lugar, sin mirarlo siquiera. Entonces Jungkook ingresó, cerrando la puerta con seguro y sentándose después al frente del mayor.
— Pensé que ya habías perdido la costumbre de besarte con el cuarto discípulo. — comentó en medio del silencio y el mayor sonrió divertido.
— Y yo pensé que ya habías aprendido a tocar la puerta. — respondió con clara ironía. Después de unos segundos, en los que decidieron ya no tocar el tema, el mayor preguntó — ¿Tuviste algún inconveniente para acabar con tu trabajo? — el menor negó en respuesta.
— Para nada. Sabe que soy muy obediente, alteza. — contestó y el mayor sonrió complacido.
— Eso significa que los futuros reyes se están alistando para irse de vuelta a sus reinos, ¿verdad? — interrogó convencido de estar en lo correcto; el menor se quedó en silencio, sólo una sonrisa ladina decoraba su rostro.
— ¿Te enamoraste de Namjoon? — cuestionó de repente, cambiando de tema abruptamente y dejando el ambiente de repente incómodo entre ambos. La verdad era que Jungkook requería de aquella información de forma directa.
El mayor soltó una carcajada aparentemente sincera. Se echó en el respaldar de su silla, analizando la pregunta.
— ¿Sabes quién es la persona que más te ha querido en toda tu vida? — interrogó de repente, tomadolo por sorpresa.
— Definitivamente mis padres están descartados. — contestó con convicción. Su sonrisa había desaparecido.
— Eso no sabría decirte. — indicó el mayor, sonando sincero.
— De todas formas no sé a qué quiere llegar con ésta pre-
— Yo, Jungkook. — lo interrumpió de improviso el mayor. El menor fruncio el ceño desconcertado.
— ¿Tú? . . . ¿Tú, qué? — preguntó aturdido.
— Soy la persona que más te ha amado en toda tu vida y te sigue amando, pese a todo. — habló con la voz estable, a pesar de decir cosas que no eran de su estilo.
Jungkook, a pesar analizar la situación, no entendía sus palabras.
— Yo . . . Yo realmente no estoy de acuerdo con lo que dices, yo no lo creo-
— ¿Qué? . . . ¿Pensabas que el segundo hechicero te quería de verdad?
La pregunta lo tomó como un balde de agua fría. Sus manos se hicieron puños y un nudo doloroso se formó en su garganta. Se sentía abrumado, acorralado, como si todo de repente dejara de tener sentido en su vida. Miró al rey con incredulidad, aún pensando en lo que había dicho de un segundo a otro.
¿Cómo se atrevía a hablar con tanta facilidad de algo tan delicado para él?
— ¿De qué . . . De qué hablas? — trató de sonar desentendido, cuando lo único que sentía en ese momento era rabia.
— Lo sé todo, Jungkook. No hay nada que yo no sepa. No me has engañado. Todo este tiempo supe con quien he estado viviendo, a quien he estando manteniendo, a quien he estado contándole mis cosas. No soy un idiota, Kook, yo soy el rey. — le sorprendió sentir que no había arrogancia en su voz, como era costumbre, sólo sinceridad y confianza.
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S T R A Y : 𝒌𝒊𝒅𝒔
Fanfiction«Y es cuando otras personas se involucran en su destino, que se dan cuenta de que los problemas que habían atravesado a sus dieciocho años no se comparaban a los de diecinueve, y que proteger su corazón resulta más difícil que intentar salvar al mun...
