—Muevete a la parte de atrás—Le digo y el duda un poco.
Suspira.
—Y si nos...—Alzó las cejas—A quien engaño.
Apaga el auto y va a la parte de atrás y hago lo mismo.
Me siento en sus piernas y comienzo a besarlo desesperadamente, el me sigue, toma mi rostro con una mano y con otra acaricia mis piernas. Desabotono su saco y lo arrojó a algún lado, después quitó los botones uno por uno y acarició su pecho que sube y baja porque está respirando ruidosamente, beso su cuello y el suspira, bajo a su pecho, abro sus piernas para que pueda acomodarme mejor y bajar estando sobre mis rodillas.
—Oh, mierda...—Dice Spencer al darse cuenta de lo que iba a hacer. Amaba que hiciera eso.
Desabroche su cinturón, baje la cremallera, Spencer me ayuda a sacar su miembro, lo toma entre mi mano mientras con la otra acarició su pecho, comienzo a lamer desde la punta jugando con el con mis labios. Spencer deja caer su cabeza hacia atrás disfrutando y gimiendo, lo meto a mi boca y comienzo a mover mi cabeza arriba y abajo, el pone sus manos en sus hombros y gime.
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Repito el proceso una y otra vez por unos minutos, hasta que Spencer susurra con la voz rota.
—Basta... O voy a venirme—
—No importa, cariño—Le digo y el niega.
—Los dos...—Dice ayudándome a ponerme de nuevo sobre el.
Spencer me besa, sus manos pasan por mis pechos, baja a las caderas y después a mis piernas, acaricia mis muslos y aprieta, sube hasta remover un poco la ropa interior de encaje que tenía y mete un dedo en mí.
—Oh...
Spencer sonríe y mete el segundo, muerdo mis labios y lo beso. Mueve si mano aún mas en el punto exacto y me desbordo.
—¡Oh, Spencer!—gimo un poco más fuerte.
Comienza a mover sus dedos en círculos y entierro mi cabeza en su cuello mordiendolo un poco. Reid quita su mano y baja mis bragas hasta mis tobillos, me acomoda sobre él, me besa y su lengua juega con la mía, entra en mi y comienzo a moverme, Spencer me ayuda empujando mis caderas hacia abajo con fuerza, trato de aferrarme a sus hombros, lo beso, jalo su cabello y el gruñe.
—Así, amor—Dice entre quejidos.
Muerde sus labios y después los míos, aprieta mis caderas. Lo miró a los ojos, unos hermosos ojos color café avellana con pequeñas notas verdes, tiene los labios rojos y entre abiertos, su cabello es un desastre, siento un calor en mi pecho y en mi vientre, doy las últimas embestidas antes de venirme junto a el, al mismo tiempo.
—Ohw...
Me quedo unos segundos reposando en su pecho, el solo acaricia mi espalda, mi vestido esta todo en desorden.
—Oh, mierda...—Dice el.
—Lo sé, eso fue...—Me interrumpe.
—Oh, mierda la policía...—Repirte y yo giro para ver.
Unas luces rojas y azules se acercan. En unos segundos me quitó de encima de Spencer y el acomoda su ropa, me acomodo en la parte del piloto y trato de poner mi vestido en mi lugar, Spencer a pasa a la parte del copiloto. Un oficial sale del auto y va hacia nosotros.
—Dame tu placa—Le digo a Spencer y me la da.
Abro todas las ventanas.
—¿Todo bien oficinal?—Pregunto com una sonrisa.
—¿Que hacían estacionados en un callejón?
Quitó disimuladamente la credencial de Spencer y la dejo caer, suspiro.
—Soy la agente Watson y el es compañero Holmes estamos trabajando—Le enseño la placa de Reid solo por unos segundos y la guardo.
El oficial duda.
—¿Me permite verla otra vez?
Pongo la cara más sería que puedo. Reid intervine.
—Oficial, por favor, estamos en un caso importante, tenemos que atrapar a este sujeto y solo está delatando nuestra posición.
—¿Que? Ya vamos para allá—Finjo hablar por el auricular que no tenía—Ya tienen otra pista, tenemos que ir ya—Le digo a Spencer.
El oficial asiente.
—Lo siento agentes— Se da la medida vuelta y yo arranco el auto.
Después de unas calles suelto una carcajada.
—¿En serio? ¿Holmes y Watson? ¿No habían otros nombres más comunes?—El sonríe y se burla.
Me encojo en hombros.
—Perdoname es lo primero que se me vino a la mente, además no se dio cuenta. ¿Quien no ha visto Sherlook Holmes? Pfff...
—Da gracias que él era de esas personas porque ya estarían llamando a Prentiss para quejarse.
—Serias la burla del equipo—Me rio— Morgan no pararía de recordarte esto.
—Siempre que estoy contigo pasan cosas tan extrañas y tan, tan buenas...—Se acerca y besa mi cuello— Por eso te amo.—
