Spencer se sonroja, sus manos acarician mis piernas y suspira.
—Nunca he estado con alguien...—Dice sincero.
—¿Con nadie en verdad?—Pregunto y el niega.
—No creo que sea justo,
—Estoy en mis cinto sentidos—Bromeo y el sonríe.
—Tu siempre vas al grano
—Reid...—Le susurró.
Spencer me mira con esos ojos café avellana por unos segundos, toma mi cara ambos lados con sus grandes manos y me besa lentamente. Una de los manos toma mi cadera y yo subo mis manos para acariciar su cabello rizado, trato de sacarle la corbata y su camisa, acarició su pecho y el tiembla pero no deja de besarme, pasa por mi mandíbula y cuello, se siente tan bien, él me quita mi playera con dificultad, luego los pantalones, trato de hacer lo mismo con el pero me detiene.
—Aguarda...— Habla con la voz rota.
Saca su arma, verifica que le seguro este puesto y la deja en la mesita de a lado, se quita el cinturón. Después el se deshace de sus pantalones con torpeza, se coloca sobre mi sin poner todo su pero, lo atraigo más con mis piernas, me quita el sostén y besa con lentitud y dulzura mis pechos, suspiro y cierto los ojos, disfrutando, besa todo mi abdomen, mis caderas, los muslos y las piernas no sus labios húmedos, suelto pequeños gemidos, Reid se deshace de su ropa interior y yo de la mía, nos metemos a las cobijas, Spencer se detiene para mirarme.
—¿Estas segura?— Me pregunta y acarició su mejilla.
—Claro que sí, Spence... ¿Y tú? No quiero sentir que te estoy presionando...
—No lo haces...
Besa mi mano y me vuelve a tomar de la cara para besarme.
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Lo miro con cariño, el se coloca sobre mi de nuevo.
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