Spencer Reid caminaba por la calle, se detuvo en una tienda de joyas, estaba nervioso, titubeó unos segundos antes de entrar. Paso por los pasillos y se detuvo en una vitrina donde estaban unos hermosos anillos de diamantes.
—¿Buscaba algo especial?—Hablo a sus espaldas uno de los empleados del lugar, lo cual hizo que dijera un salto.
—Eh... Yo, yo estoy buscando un anillo de compromiso...—Tartamudeo.
—Justo está en el lugar adecuado, tenemos los mejores anillos, acompañeme, por favor—Le hizo una señal y fueron a otra vitrina mucho más grande, está estaba repleta de anillos, desde los más sencillos hasta los más extravagantes,
—Tenemos piedras de diferentes colores y formas, también podemos personalizarlos, son más de 500 ejemplares—Explica el chico.
Spencer paso una hora escogiendo el anillo adeudado hasta que se decidió por uno.
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A Spencer no le preocupó el precio, pagaban bastante bien en el FBI, él no tenía muchos gastos y llego a juntar mucho dinero antes de que le prohibieran estar en cualquier club de las Vegas. Escogió una linda cajita para el anillo, suspiro y salió del tienda, aún no sabía cómo se lo pediría a ____(Tn) así que pasó en una cafetería a tomar algo había llegado en la mañana después de un caso en la UAC, ___ aún seguía trabajando, ella era pediatra, su turno terminaba esa tarde.
Recordó como la conoció, JJ le había pedido que llevara a Henry al médico, se quedó pérdido viéndola desde el momento que entró al consultorio, se ponía nervioso con su sola presencia, Henry tuvo que pedirle su número con el pretexto de que su mamá se lo había pedido por si seguía sintiéndose mal, vaya niño listo. Tiempo después JJ y ella se hicieron amigas, la invitaba a pasar el tiempo con el resto del equipo, hasta que lo convencieron para que la invitara a salir, le aconsejaron que tenía que rehacer su vida y ser feliz con alguien, después de lo que le paso y ahora llevaban 6 años juntos, la amaba más que a nada, lo hacía feliz, lo apoyaba en todo, era cariñosa, lista, atenta y divertida, quería pasar el resto de su vida con ella.
Estaba sumergido en sus pensamientos hasta que miro hacia una de las mesitas de afuera, su corazón se detuvo por un tiempo, esos ojos, esa sonrisa, ese rostro, era ella, ¡Era ella!
"No, no es posible, no."-Pensó.
La chica que estaba hablando por teléfono en esa mesa tenía el cabello rubio y no castaño como el recordaba, como el la recordaba aquella vez, sentada en una silla frente a el, con una herida en la cabeza, ojos llorosos y suéter gris. Debía ser algún juego de su mente, ¿porque la veía justo ahora? La última vez que la vio fue en un sueño, no podía ser ella, ella estaba muerta.
La chica miro hacia donde estaba Spencer y cruzaron miradas, se puso nerviosa y tomo su bolso para salir casi corriendo de ahí. Spencer se sorprendió, ¿También lo reconoció?, tomo su billetera y saco unos billetes para dejarlos en la mesa, corrió detrás de aquella mujer.
