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Jaemin no le negó la petición y ahora se encontraban ambos compartiendo la misma cama. El castaño estaba perfectamente relajado, pero ______ no, ella sentía una espantosa sensación de saber que lo tenía al lado. Algo muy incómodo.

Una gran pesadez en el ambiente y las repetitivas veces en la que la muchacha tragaba saliva, hacía saber al muchacho lo que su compañera sentía.

—¿De verdad dormirás aquí? —preguntó el muchacho con la voz ligeramente ronca por el sueño.

—¿No quieres? —trató de jugar _______, girando y apoyando sus codos sobre la cama para poder ver el rostro del muchacho.

—Ahora eres más rara. —se giró Jaemin—. No me gustas así.

Hubo un ligero silencio.

—¿Entonces cómo te gusta? Dime, puedo hacer lo que quieras.

Jaemin bufó. _______ no perdería tiempo.

—No tienes miedo, ¿cierto? —dijo en un tono burlón el muchacho.

De parte de _____ no hubo respuesta y Jaemin, sorprendiéndola, se sentó y prendió la lamparita de noche.

—¡Debes de conocer a los hombres! —advirtió.

______ roto sus ojos hacia arriba, recordado cada cuerpo masculino que había explorado en esa casa.

—Creo... conocerlos muy bien.

Jaemin se quedó por un momento mirándola totalmente perdida en esos recuerdos.

—De verdad no sabes. —se dejó caer sobre su almohada.

—¿Qué más debería saber? —cuestiono la muchacha, llamando nuevamente la atención del castaño.

—...Los hombres... —empezó a explicar. —tienen instintos... fetiches morbosos. Nunca saben lo que pueden llegar a hacer.

—Puedo manejarlo.

Jaemin se quedó en silencio... Ni un "sí", ni un "no" así que ______ pudo hacer su jugada y se puso sobre el muchacho, sentándose sobre sus piernas.

El muchacho soltó un gran suspiro, se volvió a sentar posando ambas manos en las gruesas piernas de la muchacha, solamente apoyando.

______ lo miraba desafiante, Jaemin tenía una cálida sonrisa que empezaba a confundir a la muchacha.

—Mira cuanto has crecido. —dijo y automáticamente la sonrisa burlona que ______ tenía, desapareció. Jaemin arqueo la ceja y con cuidado la saco de encima. —Eres toda una pervertida. —reclamo. —Ahora duerme.

—No te acostaras conmigo, ¿cierto? —plató la pregunta final.

—No. —respondió él.

Después de eso, _______ se levantó y salió de la habitación directo a la suya, pasando por toda la sala sin tener ninguna consideración con sus amigos que aún dormían ahí.

A ella ni si quiera le agradaba, le parecía raro, le daba cólera. Si esa noche no podía cumplir su función, entonces no había razón por la cual quedarse.

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Después de aquel inútil encuentro, las semanas pasaron. Los muchachos regresaron a sus clases y actividades; cada vez lucían más diferentes, desde los colores de su cabello hasta sus rasgos faciales que se volvían más afilados; _______ pasaba aún tiempo con su querido grupito, en el cual no estaba incluido Jaemin y continuaba sin salir del departamento.

RESET (NCT-T/N)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora