Narra: Alejandra.
Cuando llego a mi casa abro la puerta, cuando abro la puerta veo a mi padre.
-Hola-yo no presto atención y me voy a mi habitación.
El me sostiene con fuerza del brazo y me hace jirar y verlo a los ojos.
-Te dije hola-me dice mi padre enojado.
Mi padre se llama Germán Muller tiene treinta y cinco años, es de cabello castaño ojos marrónes claros y es de tez blanca.
Yo me desago de su agarre y me voy a mi habitación.
-Tu lo que nesesitas es unas buenas nalgadas-escucho que el me grita.
Yo me jiro en mis talones y me dirijo a donde se encontraba el.
-¿Y quien chingados me la va a dar?- le digo con una sonrisa.
Una sonrisa que refleja todo el odio qué siento por el.
-Cállate o te daré unas buenas cachetadas-me mira el serio y cruzado de brazos.
-Jajaja no me hagas reir Germán, ¿sabes?. Tu núnca me vas a tocar ni un solo pelo porqué eres un poco hombre. Y el peor padre del mundo-yo me voy dejándolo con la hira hirviendo en sus venas.
Yo entro a mi habitación y dejo mi mochila en mi cama, me quito el uniforme de la prepa y me doy una ducha.
Cuando salgo de la duña me pongo mi pijama, si ya se es muy temprano para ponerme mi pijama pero no tengo planeado salir así qué me pongo mi pijama.
Peino mi largo cabello negro con mechas azules, me ise las mechas a los quince. Sali de mi habitación y entro a la habitación de mi pequeño hermano.
-Hola enano-lo saludo.
-Hola ale-me dice mi hermano con una sonrisa.
Mi hermano es un pequeño niño de ocho años, se llama Camilo Muller. Es de cabello castaño ojos marrónes algo claros y tez blanca.
-¿Ya te tomastes tus pastillas?.
Mi hermano es bipolar y toma pastillas para poder controlarlo, Germán es el qué tiene qué estar pendiente de el pero cómo siempre núnca tiene tiempo para nosotros.
-Si ale-me responde el.
Yo me acuesto en la cama a lado de mi hermanito.
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Almas Gemelas
RandomEs tan fácil disimular ser fuerte cuando por dentro estas destruida. Por eso no te puedes guiar por las apariencias porqué no todo lo que brilla es de oro.