Narra: Alejandra.
-¡¡¡ES EL FIN DEL MUNDO!!-nos dice la señora a gritos y con una biblia en las manos.
No crean que no creo en Dios. En contrario.
Creo y mucho. Pero una cosa es créer y otra cosa es andar en la calle gritando como una completa demente que hoy es el fin del mundo.
Que hoy es el fin del mundo, y que sí no te arrepientes de tus pecados. Arderas en las dolorosas llamas de la caldera de inframundo.
¿Saben?. Es por esa actitud de loca de que casi nadie créen en Dios.
-¿Nos vamos?-me susurra santi en el oido.
Yo solo asiento espantada por la actitud de la señora. Y Santiago y yo solo caminamos de para tras poco a poco. Hasta por fin salir corriendo.
Santi me toma de la mano y nos detuvimos totalmente exahustos por tanto correr en una cafetería.
Santiago y yo tomamos asiento en unos de los asientos desocupados del local.
Y deimediato llego una mesera con cabello negro, ojos azules oscuros y tez blanca.
Ella está obviamente con su uniforme de mesera y lleva con ella una pequeña libreta y un lapicero el cual supongo y pienso yo. Que es con que anotara nuestro pedido.
-Muy buenos días. Bienvenidos a sop café, ¿que desean el día de hoy?-nos dice la chica con una sonrisa.
Que de seguro la obligan a darle esa perfecta sonrisa a todos los clientes que recibe.
-Muy buenos días. Yo deseo una maltiada de chocolate-dice santi con una sonrisa como de niño pequeño.
- Yo una de fresa-le digo a la chica que nos está atendiendo.
Ella anota nuestras ordenes en su pequeña libretita.
- Ya mismo le traigo su ordenes-nos dice la chica con una gran sonrisa.
Y luego solo se marcha.
-¿Puedo ver su mano?- me dice una señora un tanto desaliñada.
Y ya se muy bien de que quiere hacer.
-¿Que?. No, lo lamento. Pero no creó en esas cosas-le digo a la señora de aproximadamente unos cuarenta y tantos años.
-¿Disculpa?. Pero no la estoy entendiendo señorita.
-A lo que me refiero es que yo no. Yo no creo en esas cosas.
-¿Cuales cosas?.
-Usted sabe. Esas cosas de vudú o como de llame.
-¿Y quien le dijo que yo hago esas cosas?- me dice con impresión de confusión.
- No la comprendo. De otra manera, ¿Porque quería mi mano sí no es para disimular de que ve mi futuro o algo asi?-digo ya estresada.
La verdad es que ustedes saben mas que bien que no soy una persona de tener cien por ciento paciencia. Solamente hablo una vez.
Y si la gente sigue de darme lata y más lata, explotó de una vez.
Digamos que soy una persona muy explosiva. Aunque eso ustedes los saben mas que nadie.
-Disculpe. Pero solo queremos estar tranquilos-le dice Santiago con amabilidad.
Y le dijo eso devido a que ya sabe muy bien que está vieja loca me está sacando completamente de mis casillas.
-¿A que se refiere con eso?. ¿Que?. ¿Que soy una molestia?. ¿Que soy una vieja molesta que solo intenta sacarle dinero a las personas?.
Bueno. Es todo.
-Sí. Eso es justamente lo que le tratamos de decir-le digo levantándome de mi asiento y furiosa.
- Eres igualita a tu madre.
-¿Y usted que sabe de mi madre?. O mejor, ¿Que le hace creer de que sabe algo de mi y de mi familia?. ¿Sabe?, me arto. Santiago, vamonos-le digo enojada.
Narra: Santiago.
¿Es enserio?. Esa señora ¿No se pudo esperar aunque sea a que nos traguiesen las maltiadas?.
Yo solo me levanto de mi asiento y cuando me iva con ale. Me doy la vuelta y observó claramente que la mesera trae nuestras órdenes.
Así que solo salgo corriendo asia donde está la mesera. Pago las maltiadas y tomo las dos maltiadas rápidamente.
-Gracias-le digo con una sonrisa y con las dos maltiadas en mis manos.
Yo me acerco a ale y ella solo se encuentra con los brazos cruzados y con una cara para nada contenta.
-¿Quieres?-le ofrezco la maltiada que ella le avia pedido a la mesera.
Ella toma la maltiada y luego solo nos vamos.
ESTÁS LEYENDO
Almas Gemelas
RandomEs tan fácil disimular ser fuerte cuando por dentro estas destruida. Por eso no te puedes guiar por las apariencias porqué no todo lo que brilla es de oro.