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El zumbido de su teléfono estaba comenzando a irritarme, era la quita vez que sonaba y me había despertado por su culpa. A la séptima vez escuché a Luke gruñir y retorcerse en la cama para levantarse y tomar el aparato por fin.

—¿Qué pasa?. —respondió de mala gana.

Si querías ver a Luke de mal humor, tenías que despertar con él en la mañana.

—¿Bromeas?...son las siete de la mañana...que mierda, estaré ahí en media hora...sí sí, adiós.

La cama volvió a hundirse a mi lado y sentí sus besos subiendo por toda mi espalda hasta mi nuca, sonreí moviéndome en la cama y abrí los ojos lentamente.

—¿A dónde vas?.

—Tengo que salir, los muchachos me necesitan...se metieron en problemas.

—¿Y acaso eres Ironman para ir a su rescate?. —cuestioné sentándome en la cama.

—No empieces V...eres demasiado bonita por las mañanas como para que la cagues con un berrinche. —dijo fastidiado levantándose y comenzó a vestirse.

—Haz lo que quieras, dije que no me iba dar mala vida por ti. —me dejé caer en las almohadas y tomé la suya para cubrirme la cara y que los rayos del sol no me molestaran.

—¿Crees que me voy a ir con una chica?.

—Conociéndote... —reí levemente.

—Es sábado por la mañana, la única manera de que me hagan salir de mi cama es porque en serio me necesitan o porque tú me llamaste.

—Púdrete Luke. —reí mostrándole mi dedo del medio.

No le creía nada, cuantas veces me cansé de llamarlo para que fuera a recogerme o simplemente porque quería verlo y hasta me apagaba el teléfono para que no lo molestara.

Lo sentí subirse a la cama y se colocó a horcajadas sobre mi dejando besos por mi cuello.

—¿No me vas a dar un beso de despedida?. —me quité la almohada para mirarlo.

—No te metas en problemas. —lo atraje hasta mis labios besándolo con lentitud rodeando su cuello con mis brazos.

—Te veo en la noche. —dijo al romper nuestro beso y ocultó su cara en mi cuello regalándome besos húmedos y deliciosos. —A ustedes también. —besó mis pechos y reí alejándolo de mi.

—Lárgate. —le di un último beso y observé todo su recorrido hasta la puerta.

Me acomodé en la cama abrazando su almohada, quería seguir durmiendo pero el remordimiento me había espantado el sueño. Un sentimiento de culpa me había invadido, de nuevo caí en las garras de Luke luego de haber jurado por mi vida que no volvería a hacerlo.

Como cuando juraba que no volvería a probar ni una sola gota de alcohol luego de una horrible resaca.

¿A quien quería engañar? ¿A mí misma?, mi diva interior se sentía avergonzada de mi, Ursula negaba en desacuerdo, ni siquiera ella estaba de acuerdo con todo esto.

¿Sería diferente ahora?, claro que no, él mismo me lo dijo en el hospital, no podía prometerme algo que no iba a cumplir, él estaba siendo claro conmigo, siempre fue claro conmigo y la única tonta imbécil aquí era yo.

Me levanté de la cama, molesta conmigo misma y comencé a vestirme, si Stacy me encontraba en la habitación de su hermano, se iba decepcionar de mi también.

Acomodé la cama y bajé las escaleras para buscar en mi mochila mi cepillo de dientes. Luego de lavarme los dientes y enjuagar mi cara con bastante agua fría, me quedé en el sillón viendo caricaturas, con Calígula sobre mis piernas y un enorme tazón de cereal.

ʜᴇᴀʀᴛʙʀᴇᴀᴋᴇʀ | 𝙇. 𝙃𝙚𝙢𝙢𝙞𝙣𝙜𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora