Survivor

1.3K 104 7
                                    

Quería abrir los ojos pero mis parpados se sentían pesados. Mi boca tenía un sabor amargo y no sentí las piernas. Abrí los ojos pero los cerré de inmediato al no poder mantenerlos abiertos por mucho tiempo.

Estaba desorientada, me dolía todo el cuerpo y me sentía demasiado débil.

Cuando abrí mis ojos por segunda vez ,vi la cara angelical de una pequeña niña. Creí que estaba muerta y me estaban recibiendo en el cielo o que se yo.

Hasta que escuché a la niña decir que me estaba moviendo y mis sentidos espabilaron un poco.

—¡La chica se despertó, se despertó!.—repitió varias veces.

Me tomó tiempo darme cuenta de que estaba acostada sobre una cómoda cama y tenía una cálida manta encima. El dolor de cabeza era insoportable, quise levantarme pero me sentía tan débil que mi cuerpo no respondía y apenas logre despegarme del colchón.

—Oh, tranquila.—una mujer apareció a mi lado y colocó su mano en mi frente.—No te levantes, quédate tranquila...

—Que...—intenté hablar pero apenas y pude hacerlo.

—No te preocupes, estás a salvo.—acarició mi mejilla con sutileza.

Asentí, aun aturdida y por fin logré abrí los ojos completamente.

—¿Dónde estoy?.

—Estás en el campamento canguro, soy la enfermera del campamento, me llamo Jackie.—sonrió dulcemente.— Maddie te encontró en la orilla del río Clearwater. Pensé que estabas muerta pero tenías pulso y te traje aquí...perdiste mucha sangre. ¿Cómo te sientes?

—No siento mis extremidades.

—Eso es normal, llevas dos días acostada.

—¿Dos días?—la garganta se me cerró y comencé a toser.

—Maddie, tráele agua—la pequeña asintió y salió corriendo para que segundos después regresara con un vaso de agua—Bebe un poco, te estuve poniendo suero pero, necesitas hidratarte.

Bebí agua en sorbos pequeños, con ayuda de aquella mujer, eso me hizo sentir un poco mejor.

—Tuviste mucha suerte, si Maddie no te encuentra a tiempo habrías muerto desangrada.—sentí que apartaba las cobijas y el frío me recorrió el cuerpo.—Tus heridas están mejor.—bajó la cobija de nuevo.—¿Qué fue lo que te paso, pequeña?.

—Intentaron asesinarme y escapé, lo último que recuerdo fue lanzarme del acantilado y nadar hasta la orilla.

—Dios mío...—masculló.

—Necesito un teléfono.

—La cobertura aquí es terrible, para llamar hay que subir hasta la carretera y rodar unos dos kilómetros para poder recibir señal, quise llamar a la policía pero no quería dejarte sola.—se levantó de la silla que estaba junto a mi acercándose al escritorio.—Iré a llamar, ¿recuerdas el numero de tus padres?.—asentí observándola buscar entre sus cajones.—Los llamaré y luego llamaré a la policía, ¿te parece bien?.

—Muchas gracias.—volvió a sonreírme.

—Maddie te cuidará bien, vuelvo en un rato.

Le dicté el número de Luna, era el único que me sabía de memoría y antes de irse, me dio unas pastillas para la migraña.

.....

Dos horas después, una patrulla de policías y una ambulancia llegaron al campamento para recogerme, me despedí de Jackie y de Maddie agradeciéndoles desde el fondo de mi alma lo que habían hecho por mí.

ʜᴇᴀʀᴛʙʀᴇᴀᴋᴇʀ | 𝙇. 𝙃𝙚𝙢𝙢𝙞𝙣𝙜𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora