Needy

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La rutina estaba lista y aunque no era lo mejor al menos estábamos coordinadas, por algún lado se tenía que empezar. Yo no tenía ni idea de cómo dirigir un equipo pero las chicas habían votado por mí para ser su nueva capitana y no las quería decepcionar.

Había logrado lo imposible, que todas fueran coordinadas. También se debía a que éramos demasiado unidas y eso es lo primordial para que un grupo encajara a la perfección.

Ya me sabía el nombre de todas, Holly, Briana, Madison, Pamela, Hanna, Amy y obviamente Tess, era un grupo increíble porque nos sentíamos como hermanas, no había rivalidad o competitividad y eso era hermoso, por esa razón nunca me salí de aquel grupo a pesar de que nunca quise estar desde un principio.

De hecho, luego de ese primer juego en el que demostramos todas nuestras nuevas habilidades un montón de chicas hicieron fila fuera del gimnasio para ser reclutadas.

Eso tenía a las básicas ahogadas en su propio veneno, al querer pisotearme sólo consiguieron darme más popularidad mientras ellas se hundían solas como el titanic.

—Hola.—saludé a los amigos de Luke que estaban todos reunidos en el patio de la escuela.—¿Han visto a Luke?.—pregunté mientras mordisqueaba mi labio y apreté las correa de mi bolso.

—Está en el gimnasio.—respondió uno de ellos.

—Gracias. —me despedí con la mano y me di media vuelta para volver a entrar al edificio y buscar al susodicho.

Estaba solo en el gimnasio, practicando sus lanzamientos, me quedé un rato observándolo porque me encantaba verlo hacer cualquier cosa, él era como poesía.

No fallaba ningún tiro, era demasiado bueno y era por esa razón que el entrenador no lo sacaba del equipo a pesar de lo volátil y mala conducta que era.

—Dame eso.—se sorprendió un poco al escucharme hablar y falló ese último tiro, gruñó mirándome con mala cara y reí acercándome a él mientras dejaba mi bolso en el suelo.—Quiero intentarlo.

—Esto no es una escena de High School Musical.—aclaró mientras me arrojaba el balón y lo atajé con agilidad.—Si fallas me tienes que besar...

—Si fallo te doy una patada en las bolas.

—Sólo si me las acaricias después...—reí empujándolo para que se quitara y me coloqué en donde antes estaba él.—Separa un poco las piernas.

—¿Así?.—separé las piernas en un mismo ángulo y lo miré por sobre mi hombro.—¡Luke!.—lo capturé mirándome el trasero.

—Lo siento, es la costumbre.—sonrió de lado.—Flexiona un poco las rodillas y cuando vayas a arrojarla hacia la canasta afloja la muñeca solo un poco.—Hice todo lo que me dijo pero igual la fallé y él comenzó a burlarse de mi.—Tienes que saltar un poco y arrojarla con más fuerza...mira.

Buscó el Balón rebotándolo contra el piso mientras observaba por unos segundos su objetivo, corrió un poco y arrojó el balón encestándolo como todo un profesional, se giró hacia mi mirándome con suficiencia.

—Ni Michael Jordan tiene tanto estilo.

—Que presumido.—negué cruzándome de brazos.—¿Trabajas hoy?.—pregunté cambiando por completo el tema, asintió mientras seguía rebotando el balón.—Quiero darte algo...

Tomé mi bolso que estaba en el suelo y abrí el cierre delantero para sacar un sobre, se lo entregué en sus manos y él lo recibió mirando aquel sobre con curiosidad.

—¿Una carta de amor?.—dijo en broma pero al abrirlo su sonrisa se cortó.—¿Qué es esto?.

—Para que compres una motocicleta nueva...

ʜᴇᴀʀᴛʙʀᴇᴀᴋᴇʀ | 𝙇. 𝙃𝙚𝙢𝙢𝙞𝙣𝙜𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora