ʜᴇᴀʀᴛʙʀᴇᴀᴋᴇʀ | 𝙇. 𝙃𝙚𝙢𝙢𝙞𝙣𝙜𝙨

Dancing Queen

Confesarle a Luke que me gustaba ABBA fue un grave error.

Se levantó de la mesa para pedirle al dj que pusiera Dacing Queen obligándome a bailarla. Quería asesinarlo pero al final terminé cediendo y bailé casi toda la canción, con mi coreografía disco sin importarme nada más, amaba esa canción y era imposible sentirse mal escuchándola.

—Tienes que enseñarme esos pasos de baile, mi amor.—dijo Luke burlándose mientras me abrazaba por la cintura.

—Nunca te vuelvo a confesar nada...—murmuré rodeándole el cuello con mis brazos y comencé a besarlo mientras nos movíamos al ritmo lento de la siguiente canción que habían puesto.

—Eres la reina de la pista de baile.

—Y Tú el príncipe rompecorazones.—lo miré al separarme de sus labios.—Esta noche no puede ser más perfecta, ¿no te parece?.—asintió con una sonrisa.

—Lo único perfecto aquí eres tú.—besó la punta de mi nariz.—Estás demasiado radiante hoy...tienes como un brillo especial, en los ojos, no puedo dejar de admirarte.

—Vas hacer que me empalague.—reí y llevé mis manos hasta sus mejillas acariciándolas con mis pulgares.—¿No te da un poco de coraje darte cuenta de que pudimos ser así desde un principio?.

—Sí.—juntó nuestras frentes y nos quedamos un rato así, bailando y disfrutando de ese momento precioso.

—Ya casi es media noche y es momento de anunciar quienes serán los reyes del baile de este año.—el presidente del consejo estudiantil comenzó a hablar por el micrófono y todo el mundo se precipitó en acercarse hasta el pequeño escenario.—Todos votaron esta noche y en mi mano tengo el sobre con los resultados.

—Ve subiendo de una vez.—dijo Luke en mi oído y reí negando.

—Lo va a ganar Pamela o Luna.—aseguré mirando hacia el escenario y Luke negó.

—Eres la más bonita de este jodido lugar, si no ganas tú le romperé las piernas a todos.

—Deja de hablar como Tony Montana que no eres ningún mafioso.—soltó una carcajada abrazándome por detrás y besó mi mejilla.

—Te lo juro, subiré ahí al estilo Kanye West cuando interrumpió el discurso de Taylor Swift.

—Amor, deja de decir tonterías.—reí fuertemente al imaginarme aquella escena.

—Si no ganas no importa, para mi eres la reina de la pista de baile y te compraré una hermosa tiara de diamantes...nada que ver con esa cosa de plástico.

—Deja de consentirme que si me acostumbro luego no podrás deshacerte de mi.—lo miré por encima de mi hombro.—No me importa si gano o no, me basta con saber que me gané tu corazón y tu amor...prefiero eso.

Hablé cerquita de sus labios y fue él quien acortó nuestras distancias uniendo nuestros labios en un beso lento y delicioso, olvidándonos por un momento de nuestro alrededor.

Luna ganó como reina del baile esa noche y no podía estar más feliz y orgullosa, mi hermana tenia porte de reina, mi mamá siempre lo decía y verla ahí recibiendo su corona fue la cosa más increíble de todas.

Sobre todo porque había pasado por cosas tan horribles y este pequeño momento se lo merecía ella más que nadie.

Su discurso fue precioso, nombró a Leslie y también me nombró a mí, agradeciéndome por estar siempre junto a ella y por defenderla, fue muy emotivo y no pude evitar soltar un par de lágrimas.