Epílogo

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Luke

Mi condena se redujo por buena conducta y sólo duré tres años en prisión. Pudo haber sido peor, ahora que lo pienso fui demasiado afortunado, a pesar de todo.

Estando en la cárcel aprendí demasiada cosas, tres años se escuchaba poco pero estando preso se sentía como una eternidad. Cuando por fin pude poner un pie fuera y respirar el aire puro de la libertad me juré a mi mismo que no volvería a pisar ese lugar.

Me sentía una persona diferente, más centrada.

Me había propuesto varias cosas cuando saliera por fin, una de ellas era recuperar el tiempo que había perdido, me iba a ocupar por fin de las empresas que había heredado de mi padre, entraría a la universidad y me alejaría de los problemas.

Estaba teniendo una segunda oportunidad y entendí que no todos tenían esa suerte, muchos de los sujetos que conocí ahí dentro jamás volverán a ver la luz del día y eso me hizo reflexionar.

Me moría por ver a mi mamá y a mi hermana, poderlas abrazar correctamente porque durante los últimos tres años, el único contacto que teníamos era a través de un vidrio y un teléfono.

Tenía la fantasía de que cuando atravesara aquel enorme portón, Venus estaría del otro lado esperándome, luciendo perfecta como siempre, con esa sonrisa preciosa que me trasmitía calma.

Pero esa fantasía se esfumó cuando me enteré que estaba saliendo con Michael, nunca fue a verme ni una sola vez y no la culpaba, yo fui quien lo arruinó todo y la lastimé demasiado, como había lastimado a mi familia.

Quería remediarlo todo.

—Vaya...te queda bien ese look, barba y cabello largo.—dijo Ashton al verme atravesar las gigantescas puertas.

—Sonará gay pero eres la única persona a la que quería ver en este momento.—se echó a reír y caminé hasta él para darle un abrazo.—Gracias por ser tan incondicional.

—Te extrañamos demasiado.—palmeó mi espalda rompiendo nuestro abrazo.

—Espero te hayas hecho cargo de todo en mi ausencia.

—Intenté hacerlo.—rió y tomó mi mochila para meterla al auto.—Debemos pasar por la tienda para comprar unas cosas que tu mamá me pidió para tu fiesta de bienvenida, anda como loca organizando todo y no escuché muy bien lo que me gritó antes de salir.

—Seguro te pidió vasos, ella siempre olvida los vaso.—me eché a reír mientras me subía al auto por el lado del copiloto.

Fue agradable ese momento que compartí con mi mejor amigo en el auto, ahora apreciaba cada cosa, por más insignificante y tonta que sea, extrañaba estos pequeños momentos cuando íbamos en su auto hablando de cualquier cosa mientras escuchábamos Aerosmith.

—¿Cómo te va en la universidad?.

—Bien, aunque si no fuera por Luna creo que habría reprobado desde el primer año.

—¿Sigues con Luna?.—me sorprendió escuchar eso.—Que bien.

—Sí y pretendo hacerla mi esposa, pero quiero esperar hasta que nos graduemos.

—Genial, ustedes son el uno para el otro.—sonreí mientras observaba por la ventana.

—Es lo que Venus siempre dice...—suspiré al escuchar ese nombre, me afectaba demasiado, recordarla me dolía.

—¿Cómo está ella?...

—Vamos a cambiar de tema mejor, por ahora, más tarde si quieres vamos a tomar unas cervezas y te cuento todo.

ʜᴇᴀʀᴛʙʀᴇᴀᴋᴇʀ | 𝙇. 𝙃𝙚𝙢𝙢𝙞𝙣𝙜𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora